En materia de sexualidad, existen muchos recursos para el disfrute, variedad, aumento de la creatividad, así como para explorar tú ser sexual y crecer con él a la par que te desarrollas en otros ámbitos de la vida.
El detalle es que aún existen limitantes culturales, sociales y personales que evitan que se acepte su existencia, uso y funcionalidad, así como el acceso a dichas herramientas y recursos. 
Entre ellas, el aceptar que te gusta el placer sexual, el uso de material sexualmente explícito con fines recreativos y eróticos mejor conocido como pornografía, las fantasías sexuales, el juego como parte de la relación sexual, el uso de juguetes sexuales, la vivencia de prácticas etiquetadas como propias de “cierto grupo de personas” es decir, personas que se salen de las normas sociales actuales o de aquellas con las que creciste, etc.
Además de agregar el componente de que algunas aún son más bien consideradas para hombres o para mujeres, situación que hace que se tenga miedo a tener contacto con dichos recursos o bien, a hacerlo en secreto como si “fuera algo prohibido”.
Situación que te invito a reconsiderar ya que realmente nada es exclusivo de “ciertas personas”, todas las herramientas y elementos de que disponemos pueden ser usadas, practicadas, investigadas y hasta disfrutadas por todas las personas, lo único que se requiere es que aceptes que saber de su existencia te causa excitación, curiosidad, misterio y desde ahí, eliminaCreo que falta elus jaquí elcios previos, te atrevas a acercarte a ellas para que a través de la vivencia personal puedas decir si te agradan y pueden ser ahora o en algún momento un recurso más para fomentar tu creatividad en prácticas sexuales individuales y en pareja o bien, si te desagradan, ofenden, causan pudor y en este momento o en definitiva, no son para ti.
Hago referencia a por ahora o más adelante puesto que la sexualidad así como los objetivos de vida, gustos, estilos, las personas en general, evolucionamos, cambiamos y lo que en cierto momento puede no ser considerado una opción, en otro momento si; así como aquello que disfrutabas sobremanera puede ser sustituido por algo nuevo. De aquí la utilidad de las herramientas y recursos existentes, ayudan a romper la rutina, la monotonía y a encontrar nuevas formas de convivir, de contactar sexualmente contigo y con tu pareja.
Actualmente, gracia a la tecnología y al internet es posible tener contacto con y acceder a múltiples recursos, sean libros eróticos, películas, artículos sexológicos formales, conocer juguetes sexuales e incluso, ya existe una línea de películas pornográficas de línea feminista en donde se reconsidera el papel de la mujer y de las situaciones expuestas, centrándose en el erotismo más realista, en situaciones más cotidianas y no tan fantasiosas, realizadas con personas más reales; en general, su objetivo es presentar material erótico para todas las personas que esté libre de estereotipos, de personas, situaciones y prácticas tan irreales, es decir, con el cual se sientan identificadas y con ello, sea un material erótico en todos sentidos. Para que encuentres este material, puedes buscar información sobre las productoras y directoras Erika Lust, Jennifer Lyon Bell, Anne Span o Annie Sprinkle.
Atrévete, date permiso de conocer, de experimentar, de tener contacto con tantos elementos como desees para enriquecer tu vida sexual, al hacerlo podrás decidir si es para ti o no desde lo que ya conoces y a la vez, le estarás quitando el poder decidir por ti a cualquier persona que pretenda hacerte sentir “que sabe más que tú de ti misma(o)” y que “te va a enseñar”.
Cualquier recurso que tenga el propósito de sumar en la vivencia de la sexualidad, del placer personal y en pareja es válido y bienvenido, ya que alimenta el vínculo, rompe tabúes y limitantes culturales e ideológicas permitiendo liberarte, dejarte ser y expresarte con todo el potencial que tienes. Simplemente hay que tener en cuenta que no debe afectar negativamente a ningún participante, no causar daño a tu persona, no causar daño a tu pareja y no obligar a nadie a hacer algo que no desea.

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