En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural.
                Edgar Allan Poe.
I
Nadie sale ileso, una serie de sonidos amorfos pueden perturbar hasta al más inofensivo ser. El ejercicio de la escritura es solo un oficio en donde hay que estar atento a las señales ignoradas, recibir los mensajes y plasmarlos en una pared, en la esquina de un periódico, en un baño, en una hoja en blanco, debajo de la mesa. Atendiendo a esta idea, los autores de un texto o mensaje descifrado en letras, sonidos o imágenes; son receptores de esas señales ignoradas, obedecen a ese milagroso designio.

II
¿Renacemos? Es muy posible que así sea. En mi caso, cumplí años este lunes 9 de mayo. Si no me equivoco, nací a la 1:57 de la madrugada de un 1981 en la laguna. Este domingo 8 de mayo fue un día lleno de improvisaciones, derrumbes, odiseas y rupturas. Acudí a la radio de la Universidad de Guanajuato con Luis Montoya y Víctor Rivas e hicimos el performance y la grabación del programa de radio en donde dialogamos del ruido y la música experimental. En lo personal gocé mucho el diálogo y el compartir ese instante con mi amigo Rick Serrano. En la tarde, medio ebrio pero con la necedad y la actitud de conducir un automóvil a San Miguel de Allende, me dispuse a realizar dicha travesía y fracasé. Llegué a San Miguel de Allende, y con quien quedé de verme, después de aproximadamente 8 años, no la pude ver. Me regresé a Guanajuato, fue largo el camino y durante la travesía iba dormitando, hice una parada en un pueblo que se llama la Sauceda, me dispuse a cenar y por azares del camino llegué a un puesto de tacos, para mi sorpresa solo había de chorizo, pedí una torta, la disfruté con singular alegría y me quedé con apetito, solicité otra torta de chorizo y me retiré de la Sauceda.
Llegué a Guanajuato y no encontré al amigo que me iba a brindar hospedaje. Fue una tortuosa y larga noche. Las tortas de chorizo me hicieron un daño tremendo, me intoxiqué, jamás había sentido esa sensación de resequedad, náusea y delirio. Casi muero, vi las puertas de una dimensión por el momento desconocida.
A eso de las 2:00 de la madrugada, en el momento en que cumplía años, unos cuantos minutos antes o después, tuve una necesidad inmensa de hacer del 2 y no contaba con un sitio formal en donde llevar a cabo esa misión. Caminé por lo callejones de Guanajuato y súbitamente, observé un terreno baldío.

III
Cuando arribe a Guanajuato, después de un año y medio sin pisar estas míticas tierras, observé detalladamente un anuncio que expresaba lo siguiente: Obedezca las señales. Unos minutos después de observar y reflexionar el contenido simbólico del anuncio, se atravesó por la carretera un vagabundo venadito.         

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