Perú.- Apenas descubren lambda y ya es “variante de interés” para la Organización Mundial de la Salud. Esta clasificación es equivalente a poner el linaje originado probablemente en Perú bajo vigilancia cauta pero atenta: indica que, según la evidencia disponible, C.37 ha demostrado potencial para ser más peligrosa entre los humanos en al menos una de las dimensiones que preocupan sobre el virus (principalmente, su capacidad de contagio o de evadir inmunidad adquirida).

Si lo será finalmente, y en qué medida, está por confirmar. Pero los indicios recogidos en el área andina (Perú, pero también Chile o Argentina) no son esperanzadores.

 

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Son, eso sí, insuficientes para extraer conclusiones fuertes. Posiblemente, el origen y localización geográfica de lambda tiene que ver con ello. La historia de lambda es indisociable de su emergencia en un entorno con capacidad de vigilancia genómica relativamente escasa. Sin inversión, capacidad instalada y transparencia en la evidencia acumulada, resulta mucho más lento y difícil calibrar el peligro.

 

Origen andino

 

Pablo Tsukayama, coordinador del laboratorio de Genética Microbiana en la Universidad Cayetano Heredia de Lima, forma parte de un equipo de investigadores cuyo trabajo fue crucial para detectar, medir y dimensionar a lambda en un primer momento, cuando todavía se le conocía por su código de linaje: C.37.

Según la última versión del estudio que la caracteriza (aún pendiente de revisión), lambda supuso el 100% de las muestras de virus recogidas en Perú ya en abril de 2020. Es esa elevada presencia en los especímenes lo que les lleva a hipotetizar el origen peruano.

 

Atraen casos nuevos en Chile y Argentina

 

Chile y Argentina son los otros dos países objeto de atención. “Argentina ha reportado menos de 100 secuencias pero posiblemente tienen muchas más”, considera Tsukayama. Aclara que esto tiene que ver con la manera en la cual analiza cada muestra el sistema argentino. Cada país tiene su metodología, en muchos casos constreñida por la necesidad de ahorro o eficiencia, o por prácticas establecidas. En el caso peruano, por ejemplo, el propio Tsukayama afirmaba que sólo desde abril recibieron los fondos necesarios para producir un análisis como el que terminaron publicando, y que sacó lambda a la luz.

 

¿Más contagiosa?

 

A la hora de evaluar precisamente la mayor transmisibilidad de lambda, Tsukayama considera que “la única evidencia, preliminar pero yo creo que sólida, es su rápido crecimiento”, especialmente dentro de Perú. “Algo que no existía a finales de 2020 apenas, y que para marzo ya está en un 80%, quiere decir que probablemente tiene algún tipo de ventaja. Se siembra (con las introducciones) y rápidamente se expande”. Esto es con toda probabilidad lo que ha llamado la atención de la OMS, motivando la inclusión de la variante bajo el grupo de interés.

Ahora bien, cuál es el origen de esta ventaja, así como el grado y sostenibilidad de la misma, sigue siendo una pregunta abierta. La propia OMS acepta que la evidencia no es suficiente para concluir preocupación, sólo para señalar el mencionado potencial de riesgo.

Además, con otras variantes, como la famosa y preocupante delta, las estimaciones de porcentaje incrementado de contagio se han ido ajustando a la baja, si bien manteniéndose por encima de sus antecesoras, a medida que se disponía de más datos para eliminar ruido contextual de la señal emitida por cifras como la diferencia entre tasas secundarias de contagio: cómo de más probable es que una persona portadora de SARS-CoV-2 versión lambda o delta se la transfiera a otra, en comparación con una que porta variantes previas.
(Con información de El País)
 

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