Brasil. Cuando todo parecía ir en perfecto orden, una factura podría destapar lo que sería uno de los mayores fraudes del gobierno de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, pues parece indicar que realizaron compras excesivas de vacunas contra COVID a un pecio 14 meses más del que la farmacéutica lo vende.
Y es que en Brasil, hoy en día la situación por COVID se encuentra en número rojos al ser detectada en este país una de las variantes más peligrosas que requieren atención inmediata antes de una desgracia mayor.
La factura de 45 millones de dólares, por tres millones de dosis de la vacuna Covaxin del laboratorio indio Bharat Biotech, aterrizó el 18 de marzo en el escritorio de Luis Ricardo Miranda, jefe de importaciones médicas del Ministerio de Salud de Brasil.
La vacuna aún no había sido entregada. Pero lo que intrigó a Miranda, que se negó a autorizar su pago, fue que el contrato (por un monto total de 300 millones de dólares) al que correspondía esa factura no mencionara a Madison Biotech, la firma singapureña que la envió y que sería de fachada.
Hubo varias señales de alerta, según Miranda, quien testificó el viernes ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada hace dos meses por el Senado para determinar las responsabilidades del gobierno en la gestión de la pandemia que ya se ha cobrado más de 500 mil vidas en Brasil.
Rechazó comprar otras vacunas
Una operación tanto más extraña cuanto que Bolsonaro, quien regularmente se burla de los consejos de expertos sobre la pandemia, había rechazado anteriormente ofertas de vacunas más baratas y efectivas.
Miranda contó que recibía llamadas de sus jefes a todas horas, ejerciendo lo que él llamó una presión “atípica y excesiva”, para aprobar la transacción. Pronto surgieron otras irregularidades en el acuerdo y el gobierno acabó por cancelar la operación.
Según el diario O Estado de S.Paulo, Bharat Biotech inicialmente cotizó la dosis del inmunizante a 1.34 dólares, pero Brasil acordó pagarla a 15 dólares, más que por ninguna otra vacuna que haya comprado.
Miranda planteó sus preocupaciones a su hermano, el diputado Luis Miranda, partidario de Bolsonaro, quien los habría recibido a ambos el 20 de marzo en su residencia en Brasilia.
Según contaron los Miranda ante la CPI, Bolsonaro les habría asegurado que transmitiría el caso a la Policía Federal.
A un paso de denuncian al gobierno de Brasil
Algo que aparentemente nunca hizo, lo cual puede llevar esta semana a la CPI a denunciar al mandatario de ultraderecha ante la Fiscalía por “prevaricación”.
La oposición convocó protestas el miércoles y el sábado, para reclamar un ‘impeachment’ del jefe de Estado.
Según el congresista Miranda, en la reunión del 20 de marzo Bolsonaro expresó preocupación por el impacto político del caso y su sospecha sobre el autor del esquema.
“‘Si interfiero con esto, sabes qué tipo de mierda va a provocar. Este debe ser un trato de Fulano de Tal'”, contó el diputado Miranda.
Presionado por los senadores para identificar a “Fulano de Tal”, el congresista insistió en que no lo recordaba, hasta que, al borde de las lágrimas, acabó por revelar el nombre: Roberto Barros, un poderoso diputado que encabeza la bancada progubernamental.
Con información El Universal
