Myanmar.- Este sábado se registraron más de 100 muertos incluidos niños de menos de cinco años, durante las protestas a favor de la democracia en el país de Myanmar.
Estas protestas iniciaron desde el pasado 1 de febrero, y este día ha sido el más sangriento durante el golpe de Estado.
Según habían informado medios como Reuters y CNN, se había alertado el pasado viernes que los manifestantes, en su mayoría pacíficos, corrían el riesgo de recibir disparos “en la cabeza y la espalda”.
Nos están matando como pájaros o gallinas, incluso en nuestras casas.Seguiremos protestando a pesar de todo. Debemos luchar hasta que caiga la junta”, comentó un manifestante identificado como Thu Ya Zaw a Reuters.

Niños en medio de la protesta
Según informó el medio The Guardian, a pesar de las advertencias, multitudes salieron a la calle y fueron atacadas, incluso se registró que un niño de un año recibió un disparo en el ojo con una bala de goma.
En el Día de las Fuerzas Armadas de Myanmar, las fuerzas de seguridad están asesinando a civiles desarmados, incluidos niños, las mismas personas que juraron proteger. Este derramamiento de sangre es espantoso. Estas no son las acciones de una fuerza militar o policial profesional”, comentó Thomas Vajda, el embajador de Estados Unidos.

Monja intentó salvar la vida de varios niños
A principios del mes de marzo, un video había dado la vuelta al mundo pues muestra el momento en que una monja se hincó ante los policías armados para suplicar por la vida de niños y adolescentes que se encontraban en la manifestación en Myanmar.
A pesar de que se encontraban familias enteras, los elementos tenían una instrucción firme: asesinar a cualquier manifestante.
En el lugar también se encontraba la Hermana Ann Rose Nu Tawng, quien se arrodilló e intentó hablar con los policías para rogar por la vida de las personas que se encontraban justo detrás de ella.
En redes sociales circularon las fotos y videos de la monja vestida con una túnica blanca, que permaneció en el piso mientras los policías escucharon las súplicas.
Dispárame a mí”, gritaba la mujer.

FRG
