Monterrey, Nuevo León.- Martín Vargas Prieto, el médico veterinario que castró a un oso, presentó su renuncia a la Dirección General de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros luego de las críticas que recibió por el procedimiento en contra del osezno que se hizo famoso con una selfie cuando paseaba por el Parque Chipinque.

La operación se realizó en instalaciones de la Universidad Autónoma de Nuevo León para después ser reubicado en la Sierra del Nido en Chihuahua.

Lo obligaron

Inicialmente, Vargas Prieto se negó a firmar la renuncia y amagó con demandar a la Profepa por “despido injustificado”, ya que la castración fue propuesta y avalada por expertos en osos.

Sin embargo, la titular de Profepa, Blanca Alicia Mendoza, y la subprocuradora, Abigail Díaz de León, amagaron con demandar al veterinario ante la FGR y el Órgano Interno de Control por daños a una especie en peligro de extinción. 

Vargas tomó la decisión porque el acuerdo de castración solamente fue verbal sin documento que lo avalara.

La selfie del oso

El oso se dejó fotografiar por tres jóvenes cuando paseaba por el Parque Chipinque. El oso se levantó y olió a las mujeres, una de ellas sacó su celular y logró tomarse una selfie.

HLL
 

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