Yucatán.- Después de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio el banderazo para construir el primer tramo del Tren Maya, activistas denunciaron los potenciales riesgos ambientales de la construcción del mismo.
El Tren Maya conectará a la ciudad de Izamal con Cancún, ante la decisión del gobernante, grupos ambientalistas, diversas organizaciones civiles, así como la comunidad científica manifestaron su desacuerdo, ya que la construcción del ferrocarril podría ocasionar graves daños.
Así mismo, la asociación civil Pronatura Península de Yucatán advierte que, de hacerse sin información técnica sólida, esta obra podría representar una severa afectación para ecosistemas y la biodiversidad del sureste.
Hasta el momento, se tiene previsto que el tren atraviese por cinco estados de la República, como son Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas.
De las 15 estaciones que se pretenden construir, una cruzará por la Reserva de la Biósfera Calakmul, una Área Natural Protegida (ANP) donde habitan 350 tipos de aves y casi 100 mamíferos.
De acuerdo con el doctor Rafael Reyna la zona de distribución del pecarí de labios blancos (Tayassu pecari) se ha eliminado del 87% de su rango histórico, lo que la ha puesto en peligro de extinción; se encuentra en estado crítico en siete países, incluyendo México.
El sur de Campeche y Quintana Roo es la esperanza más grande para la sobrevivencia de esta especie en nuestro país.
Otro caso es el tapir (Tapirus bairdii), en peligro de extinción. La distribución original en México se ha reducido notablemente como resultado de las elevadas tasas de pérdida y fragmentación de los bosques tropicales, y de la cacería furtiva.
Las principales poblaciones se encuentran en Chiapas, Campeche y Quintana Roo (Naranjo et al. 2015). En particular, las zonas en Campeche y Quintana Roo son fundamentales para su sobrevivencia.
Andrea Ugarte Vázquez, fundadora del proyecto de divulgación científica Siempre Animal, asegura que esta iniciativa de infraestructura más que de preservación del patrimonio cultural, se trata de un objetivo meramente económico.
Estamos hablando de una construcción en las zonas más ricas en diversidad biológica y cultural del país, en donde existen manglares, cenotes, selvas, entre otros ecosistemas en donde habitan grandes cantidades de flora y fauna. En estos lugares hay especies en riesgo como el jaguar, el pecarí, los monos araña y aulladores, cocodrilos, tortugas marinas, colibríes, guacamayos, loros y hasta tiburones”, aseguró.

Con información de Reporte Índigo y Diario de Yucatán.
FRG
