Ciudad Juárez, Chihuahua.- La tarde de este sábado 16 de mayo, elementos de las fuerzas federales detuvieron en Cuernavaca, Morelos a Gerardo “N”, alías “El Tío”, exlíder del Cártel de Juárez y presunto involucrado en el asesinato de 17 jóvenes en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, en enero de 2010.
De acuerdo con los reportes, la detención de “El Narizón”, como también se le conoce, ocurrió durante la madrugada de este sábado en Cuernavaca, Morelos.
Había una orden de aprehensión sobre Luis Gerardo por parte de autoridades estadounidenses, por ser el supuesto responsable del asesinato de más de 900 personas en la frontera entre México y Estados Unidos.
Al presunto operador del nuevo Cártel de Juárez se le achaca el asesinato de Lesley-ann Enríquez Caton, empleada del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y de su esposo, el Shérif Arthur H. Redfelds, y Alberto Salcido Cisneros, trabajador de la citada sede diplomática.

Dicho homicidio ocurrió el pasado 13 de marzo de 2010. A la par, es señalado por ser uno de los principales líderes de La Pandilla de Los Aztecas, brazo armado del Nuevo Cártel de Juárez.
“El Tío” también es acusado del ataque contra cinco centros de rehabilitación en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Música fue interrumpida por hombres armados
El 31 de enero de 2010, la música no dejaba de sonar. Los jóvenes disfrutan de una fiesta, en Villas de Salvárcar, Chihuahua, que se vio interrumpida cuando al menos 20 hombres armados abrieron fuego.
Quince jóvenes y adultos fallecieron en una de las primeras masacres cometidas en la época de la Guerra contra el Narcotráfico. En uno de los domicilios se encontraban alrededor de 60 estudiantes del CBTIS 128, del Colegio de Bachilleres 9 y de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Aparentemente, un grupo de sicarios cometió una “confusión” y accionó sus armas de fuego contra un grupo de personas que realizaba una fiesta en la calles Villa de la Paloma, en Villas de Salvárcar, Chihuahua.
Tres jóvenes fueron abatidos afuera de una casa marcada con el número 1306; otros más cayeron cerca de las casas 1308 y 1310; cinco más fallecieron camino al hospital.
Al dolor y la confusión, se sumó la criminalización de las víctimas. El entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, principal impulsor del enfrentamiento directo contra los cárteles del narcotráfico, catalogó a las víctimas como delincuentes al asegurar que “si los mataron es porque andaban por algo”.
Con información de Sin Embargo y Tribuna
MDHT
