Nueva York, EU.- Hace tres semanas era una mera gripe, hace dos el cisne negro de 2020 y ahora es un terremoto global de una magnitud impredecible.
La crisis del coronavirus va en camino de convertirse en una sacudida feroz para los débiles cimientos de la economía global: la amenaza de una recesión se ve cada vez más plausible y los mercados (bolsas, bonos, petróleo) prolongan un repliegue que no se recuerda desde los peores días de la Gran Recesión.
Wall Street se ha visto obligado a suspender temporalmente de nuevo su cotización para evitar las ventas de pánico.
Solo el anuncio de nuevas medidas de liquidez de una Reserva Federal que da muestras de agotamiento en su munición, cortaba algo la sangría cuando iba en camino de completar su peor jornada desde 1987.
El movimiento es contundente: 1.35 billones de dólares. Pero el miedo cerval está ya demasiado dentro de los mercados.
En próximas semanas…
Washington y Bruselas tendrán que poner mucha carne en el asador en las próximas semanas si quieren revertir una tendencia general que empieza a recordar demasiado a los episodios más oscuros de la historia económica contemporánea.
Es tiempo de ir directo al grano, titula de forma elocuente el departamento de estudios de BlackRock -el mayor fondo de inversión del planeta- en su último análisis.
La única forma de encarar esta situación es añadir nuevas líneas de defensa y hacer de la política fiscal una parte explícita de la respuesta.
Si los mercados sirven de termómetro, solo cabe una conclusión: la situación es crítica y no hay tiempo que perder para sacar todo el arsenal. Y debe ser suficiente.
“Golpes” a mercados europeos
Las medidas de contención aplicadas hasta ahora se han revelado insuficientes para detener una ola que ha llevado a todos los grandes selectivos europeos a sufrir desplomes, superando incluso el batacazo del referéndum del Brexit.
Un informe reciente de Barclays estima una recesión.
Las acciones se han vendido en los mercados europeos a niveles que sugieren una recesión. Esa palabra, recesión, se ha convertido en una muletilla demasiado habitual en las valoraciones de los analistas. Mientras, el suelo de los mercados sigue lejano.
Los mercados se mantendrán agitados durante las próximas semanas y los valores europeos podrían caer aún un 10% más.
JPRA
