Poco importan la cara enrojecida, los labios partidos y los dedos entumecidos por el viento frío de la montaña de Tremblant, en la en la torre de observación, a poco más de 875 metros de altura.

La región quebequense de Les Laurentides se contempla en todo su esplendor: las copas de los árboles -muchos de ellos distintos tipos de maples- semejan una alfombra tejida por gruesos hilos anaranjados, rojos, amarillos y verdes que se extiende sin fin hacia el horizonte.
En otoño la gente viene por la sinfonía de colores, asegura André Jean Lauzon, vecino y guía de Tremblant, el resort de esquí más grande del este de Canadá. Y nadie se va decepcionado: además de en la cumbre, por los recovecos de la villa pedestre o junto al estanque artificial, los nuevos tonos de las hojas pintan cálidos escenarios.
Localizado dentro de la provincia de Quebec, Tremblant es el sueño materializado del estadounidense Joseph “Joe” Ryan, un explorador adinerado y enamorado de la naturaleza canadiense, que compró la montaña a finales de 1930 para desarrollar el proyecto.
“Esto tiene que ser el lugar más hermoso del mundo. Sólo hay una cosa mal. Es muy difícil llegar hasta aquí. Ceo que arreglaré eso”, cuenta la leyenda que dijo Joe la primera vez que llegó a la cima, exhausto.

Ryan desarrolló la zona, y pronto las pistas de Tremblant ganaron fama en el mundo. En 1991 el complejo fue adquirido por Intrawest ULC., la compañía internacional que maneja grandes resorts, como el Steamboat Ski & Resort de Colorado.
Actualmente a Tremblant llegan dos millones de visitantes al año, y aunque esquiar es la actividad invernal por excelencia, los excursionistas acuden también a gozar de las propuestas de entretenimiento que se diversifican de acuerdo con la temporada.
Los turistas más numerosos del otoño llegan en grupo desde Japón, especialmente durante la última semana de septiembre y las dos primeras de octubre, cuando se logran las mejores postales. A finales de octubre ya casi no hay hojas en los árboles, y en noviembre, el resort se prepara para producir su propia nieve con el sistema Avalanche, que emplea mil pistolas para crear una alfombra blanca perfecta, en espera de las nevadas naturales.
Por las empinadas calles de la villa peatonal los japoneses van con cámara en mano, a la vez que entran y salen de las pintorescas construcciones de estilo europeo que funcionan como hoteles, confiterías, restaurantes, cafeterías y boutiques. Para darles un buen servicio, algunos negocios traducen al japonés sus menús y letreros, e incluso contratan intérpretes.
Puesto que es el Jour de l’Action de grâce (Día de Acción de Gracias), que se celebra anualmente el segundo lunes de octubre, el día está muy animado. Los viajeros asiáticos -también hay personas de China o Filipinas- conviven con las familias quebequenses. Se ven pocos latinos. Los mexicanos prefieren venir en Semana Santa y Pascua, con el calorcito.
Tremblant en cifras
Dentro de la villa pedestre del resort (localizado a 130 kilómetros de Montreal) se puede andar a pie entre sus distintos hoteles, tiendas, bares o restaurantes:
-2 millones de visitantes al año.
-Mil 900habitaciones disponibles entre hoteles, condominios, estudios y chalets de montaña.
-40 restaurantes, bares, bistros, cafeterías y tiendas de dulces.
-37 tiendas de ropa, regalos, equipo deportivo y galerías de arte.
-13 hoteles.
Actividades
La agenda en Tremblant está llena de eventos. Aquí, los destacados para lo que resta del año:
-Oct. 28: Halloween.
-Nov. 22: Apertura de la temporada de esquí.
-Dic. 22 / 31: Celebraciones decembrinas que concluyen el 5 de enero y el espectáculo de Año Nuevo.
No te pierdas:
FOTOS: Los 10 puentes colgantes ¡más emocionantes!
Whisky con sabor a… ¡’Game Of Thrones’!
Descubre los monumentos más visitados del mundo
