MIGUEL PÉREZ ABÍN 

Hace 55 años llegó a México, desde España, Miguel Pérez Abín para dedicarse a la venta del calzado.

Ayer se le distinguió en la ceremonia inaugural de Sapica como Mejor Detallista 2018.

A los 23 años llegó, el 3 de marzo del 68, a la Capital, para encargarse de la nueva sucursal de las zapaterías Las Vegas en Tacubaya, sin tener conocimientos sobre la compra venta del calzado, eso lo adquirió conforme la marcha. 

“Llegué a México con la ilusión de todo el mundo de hacer alguna vida, no sabía nada de zapatos, las empleadas me hacían muchas preguntas de las que no conocía la respuesta; aprendí con el tiempo”. 

La invitación para él y otros paisanos suyos llegó por parte de Andrés Villa, español hermano de Azucena, una joven a la que pretendía en su país natal y años después se convertiría en su esposa y madre de sus hijos. 

Durante más de 15 años trabajó en Las Vegas, negocio de Julio Coto y Andrés Villa, hasta que su cuñado, él y Bautista Galán se decidieron a independizarse. 
“Un día te levantas con los pies al revés o cruzados. como dice el refrán y pensamos en independizarnos y poner nuestro propio negocio”.

Es así como nacieron las primeras 3 tiendas Santillana, en honor a un pueblo de Santander, España; seis meses después tenían dos sucursales más y muy pronto se les sumó Jaime Gutiérrez, con quien abrirían zapaterías en Toluca. 

Con Azucena tuvo a sus tres hijos, Miguel, David y María del Mar Pérez Villa, los hombres estudiaron ingenierías y a finales de los 90 se integraron al negocio familiar, para seguir con el legado. 

En 2004 falleció Andrés Villa y cuatro años más tarde sus hijos pidieron salir de la sociedad, quedando Miguel, sus hijos y Jaime Gutiérrez al frente. 

“Era un hombre muy querido en el medio zapatero, tenía un carisma impresionante, pero seguimos caminando juntos, porque la vida sigue”.

Miguel y su equipo de trabajo tienen más de 35 años participando en cada edición del Salón de la Piel y del Calzado.

“Tenemos la costumbre de tratar de pagar lo mejor posible, es una ley que aprendí de mi padre, me decía que tenía que ser decente con la gente para que me respetaran”.

Miguel dijo que en aquellos tiempos iba a visitar a los fabricantes sólo en la mañana, ya que después se iban a comer al Real de Minas para tomar la copa y platicar. 
“Recuerdo que llegaba algún comprador importante de México y luego, luego, los fabricantes importantes lo agarraban, lo llevaban a comer y se acabó el trabajo”. 

Cuando Miguel recibió la noticia, por parte de su hijo, de que lo habían seleccionado como Mejor Detallista 2018, él y su esposa se encontraban en España, celebrando sus 50 años de casados y de zapatero, él se alegró y de inmediato regresó a México para recibir la condecoración. 

 

Ernesto Vallejo 

Más de dos décadas como representante de Capa de Ozono hizo que el tapatío Ernesto Vallejo fuera merecedor de la distinción Mejor Vendedor, durante este Sapica. 

El compromiso y lealtad hacia con la marca de calzado leonesa se reforzó después de tener tres meses prestando sus servicios en Capa de Ozono cuando, en abril del 94, falleció su hijo Fernando. 

“Gerardo Pons (fundador de Capa de Ozono) me llamó para darme sus condolencias y me informó que salía a Brasil, que no podría acompañarme. Al terminar el funeral se aproximó Félix Giacomán y me entregó un sobre y me dijo que me lo mandaba Gerardo”.

“¿Cómo correspondes a tal generosidad?, desde el principio supe que estaría al servicio de un excelente representado, y así ha sido a lo largo de 25 años”. 
En su adolescencia Ernesto tenía planes de convertirse en sacerdote, pero al cursar el segundo año de filosofía, dejó los estudios. 

“Quise ser sacerdote en mi juventud, pero siendo casado soy inmensamente feliz, soy un mandilón y Yolanda muy ‘chiquiona’ conmigo, pero no cambiaría a mi familia por ser Obispo o Papa”. 

Desde el 77 está casado con Yolanda Almanza, con quien tuvo dos hijos Fernando (+) y Ernesto, a pesar de tener un trabajo en el cual la mayoría del tiempo no está en casa, nunca los descuidó, aunque se encuentre lejos. 

“Sólo me alejo del hogar el fin de semana durante Sapica, pero mi esposa me alcanza en León al término del evento”.

El vendedor tiene 25 años de experiencia en la venta de calzado, en este tiempo representando sólo a la marca leonesa en el norte del País en estados como Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

“Si hubiera batallado tal vez no habría continuado, pero ¡hombre!, si encuentras todo lo que buscas a pesar de los problemas, naturalmente te quedas”.

Para el galardonado todos los clientes, de quienes con el paso del tiempo se ha convertido en amigo, merecen el mismo trato, desde los que le compran pocos pares hasta los de mayor volumen. 

A finales de los 90 Ernesto trabajó con el, en ese entonces, director de operaciones Héctor López Santillana, actual alcalde de León. 

“Gracias a él que tenía muchas iniciativas con los vendedores nos hizo dejar el block de pedidos y plumas para cambiarlos por computadoras, estadísticas, pedidos electrónico y correos”. 

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