Barberías de la ciudad cada vez conquistan a más caballeros con su servicio personalizado y diferentes tratamientos de belleza.
Al entrar a una, el cliente recibe una bebida de cortesía mientras espera su turno. El tiempo de espera lo pasa como en la sala de tu casa, ya sea leyendo una revista o viendo videos deportivos.
Incluso puede recibir un masaje relajante al finalizar el corte de pelo.
Todo lo anterior, aunado al decorado y los accesorios permite que el mercado masculino prefiera este servicio en contraste con los salones de belleza.
En León solamente hay 19 barberías entre los 2 mil 600 negocios dedicados al servicio de belleza y peluquería, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas.
En el primer cuadro de la ciudad, que concentra las calles Madero, Pedro Moreno, Ignacio Altamirano, Rosas Moreno, Guerrero y
Diaz Mirón, se distinguen estos negocios, hay al menos cuatro barberías y cinco salones de belleza.
Buscan comodidad
“Los señores ya necesitaban un plus”, admite Elizabeth Mendoza Vázquez propietaria del salón de belleza Success.
“No es que nos hayan quitado clientes, en las estéticas la mayoría de los asistentes son mujeres”.
La estilista reconoce que los caballeros no se sienten cómodos cuando son atendidos en salones de belleza, de ahí el éxito de las barberías.
Si bien Elizabeth intenta aplicar todo lo que aprendió en la academia y en diplomados, admite que el servicio de barbería no forma parte de los servicios que ofrece.
Lo que ofrece en su salón se enfoca a las mujeres: corte, tinte, depilación, masajes, por eso el mayor porcentaje de sus clientes son damas, para los caballeros solo tiene corte de cabello.
Espacio para caballeros
HM Barbería Spa recibe a sus clientes con una bebida de cortesía, entre ellas cerveza. Además regala con el corte de pelo, un masaje relajante.
Con el arreglo de barba, se puede elegir como servicio adicional: vapor, exfoliación, toalla caliente y mascarillas faciales, detalló Jatziri Zamora, una de las trabajadoras.
El tiempo promedio de atención es de 20 minutos en corte de cabello, para la barba depende si se trata de delinearla o estilizarla.
La barbería tiene tres años en funcionamiento, en ella colaboran cinco personas, tres de ellos son los encargados de los cortes.
Los fines de semana atienden un promedio de cincuenta clientes, el nicho de mercado se enfoca en jóvenes de 19 a 25 años, aunque Jatziri que allí también acuden niños y señores.
Barbería clásica
Un lugar para que los caballeros se sientan en confianza, es como define Víctor Ramírez al Legado Barbería Mexicana.
“Hay mucha confianza entre hombres, existe empatía, soy como un psicólogo aquí he escuchado de todo”.
Víctor detalló que todos los productos que emplean son nacionales.
Para iniciar los clientes reciben una bebida de cortesía que puede ser agua o refresco, el servicio de peluquería incluye corte, lavado de cabello y peinado.
En el de barbería comienzan con un pre-shave, aplican crema de afeitar y proceden a dar forma con navaja.
Para cerrar el poro emplean una toalla caliente, junto con una piedra de alumbre, para evitar la irritación, finalmente terminan con un after-shave para refrescar la piel.
Los clientes que acuden son jóvenes y mayores de edad. El negocio está por cumplir un año, en él trabajan dos personas.
Prefieren atención personalizada
Para Viridiana Calderón Contreras las barberías le causan una baja de clientes.
“Muchos caballeros deciden irse por la atención que reciben”, aclara.
La joven es propietaria de una estética cerca del jardín de San Juan de Dios, desde hace cinco años.
El 50% de su clientela está conformada por hombres; los servicios que tiene se enfocan tanto en cortes como en tintes.
La estilista ha tomado cursos, pero reconoce que no se ha especializado en la práctica de la navaja, esto le ha ocasionado una caída en la afluencia de clientes.
En los alrededores de su negocio, están instaladas cinco estéticas y cuatro barberías.
En promedio, el fin de semana atiende a 20 personas, la mayoría personas de edad madura.
Diversidad
Con 40 años de experiencia en la belleza, Andrea Chávez sabe que en el estilismo siempre hay competencia.
“El sol sale para todos, no representa una competencia son modas y tendencias”, dice reflexionando.
La sala de belleza Andy, se ubica en la calle Guerrero cerca del jardín de San Juan de Dios, su propietaria explica que su estética se enfoca en las mujeres, no le gustan las barbas, ni las figuras en la cabeza, confiesa.
“Los hombres son más delicados con sus cortes que las mujeres, porque ellos no se pueden hacer nada si queda mal, a diferencia de uno, tienen razón en ser más exigentes”.
Cuando Andrea comenzó en este negocio, solo había una academia de belleza. Ella se enseñó en una estética de la calle Comonfort que permitía que las aprendices practicaran con los clientes.
“Empecé como chicharito, hacía de todo”, en un año aprendió el oficio, luego se animó a instalar su negocio pen Silao, después llegó a este local, el cual que ha tenido por má de cuarenta años.
Sus clientes son de muchos años, las abuelas, hijas y nietas, este negocio le permitió viajar, dar educación a sus hijos, y en sus mejores años llegó a tener hasta cinco empleadas.
