Fraccionamientos residenciales y colonias ubicadas en la zona norponiente de la ciudad sufren los embates de los malos olores que emanan del relleno sanitario “El Verde” durante la temporada de calor.

Vecinos de Gran Jardín, Campiña del Bosque, Balcones del Campestre, Brisas del Campestre, El Árbol, Paseo de las Torres y Urbivilla El Roble se quejan por la pestilencia que provoca el basurero a cargo de la empresa PASA.

“Vivir cerca del relleno es un infierno. Estamos a un paso y es todo un complejo habitacional. Hay más de nueve mil casas en esta zona y en temporada de calor y con el viento el olor es insoportable”, dijo Rosendo Hernández, quien vive en Brisas del Campestre.

La comunidad rural de Lagunillas está a unos 4 kilómetros del relleno sanitario, en los límites con Jalisco, y hasta allá llegan los malos olores.

“El problema es que duran días para tapar con tierra la basura y los desperdicios están a cielo abierto. Ya deberían de haber clausurado el relleno por la gran cantidad de viviendas que hay cerca”, dijo Ángel García, habitante de Lagunillas.

Pero los malos olores se perciben hasta la zona residencial del Campestre.

“El mal olor es un problema que persiste en esta zona desde hace muchos años. A eso de las 10 de la noche comienza a registrarse en las zonas altas un aroma nauseabundo”, confesó Teresa Navarro, vecina de Jardines del Campestre.

El biólogo y ecologista, Fernando Martínez Araiza, destacó que se sigue haciendo un mal manejo del relleno sanitario por parte de la empresa PASA, a tal grado de que tiran lixiviados, que también generan malos olores, y no acatan las normas ambientales establecidas.

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