Un asesor de alto rango de la campaña presidencial de Hillary Clinton de 2008 fue acusado repetidamente de cometer acoso sexual contra una empleada, pero se quedó dentro del equipo ante la solicitud de la aspirante presidencial, de acuerdo con cuatro personas con conocimiento de lo sucedido.
La directora de campaña en ese momento recomendó que despidieran al asesor, Burn Strider, pero Clinton no lo hizo. En cambio, le descontaron varias semanas de sueldo y le ordenaron someterse a terapia; la joven que lo acusó fue reubicada.
Strider, el asesor en materia de fe y religión para Clinton, le envió escrituras bíblicas cada día durante los meses en campaña y fue contratado cinco años después para encabezar un grupo independiente creado en respaldo de la candidatura de Clinton en 2006 llamado Correct the Record.
Strider fue despedido de ese grupo por varios problemas laborales, entre ellos, acusaciones de que hostigó a una joven asistente, de acuerdo con tres personas cercanas a la administración de Correct the Record.
Strider no respondió a un correo solicitándole declaraciones.
El equipo de Clinton emitió una declaración escrita a nombre de Utrecht, Kleinfeld, Fiori, asociados, la firma legal que representó a la campaña en el 2008 y que ha estado involucrada en temas de acoso sexual.
“Para asegurar un ambiente laboral seguro, la campaña tuvo un proceso para responder a las quejas de mala conducta o de acoso. Cuando surgieron temas afines fueron revisados de acuerdo con esas políticas y se tomaron las acciones apropiadas”, dice el comunicado. “Esta queja no fue la excepción”.
Lo vivido por la mujer y la reacción de la campaña no habían sido reportados hasta ahora. Antiguos asociados de Clinton no habían querido discutir el tema, pero eso parece haber cambiado ante el movimiento #MeToo, en medio del cual decenas de hombres de varias industrias estadounidenses han sido despedidos o suspendidos por denuncias de acoso y hostigamiento sexual.
Ocho ex funcionarios de la campaña y asociados de Clinton aseguraron que la dirigente de campaña Patti Solis Doyle y otros discutieron el tema de Strider y la respuesta de la candidata. Algunos expresaron reservas sobre que se quedara en el equipo.
La denuncia contra Strider fue presentada por una mujer de 30 años que compartía oficina con él. Le dijo a un funcionario que Strider había sobado sus hombros de manera inapropiada, le había besado la frente sin su consentimiento y le había enviado una serie de correos sugerentes, según tres ex empleados de la campaña al tanto de la situación.
Añadieron que la queja llegó hasta Solis Doyle, quien se acercó a Clinton y solicitó que Strider fuera despedido. Clinton dijo que no quería hacerlo, de acuerdo con las personas entrevistadas.
La mujer que presentó la denuncia en 2008 no ha hablado públicamente al respecto. Como prácticamente todos los integrantes del equipo de campaña, firmó un acuerdo de confidencialidad que le prohíbe hablar en público sobre la situación interna de la campaña, según personas con conocimiento directo del contrato firmado. La mujer declinó hacer declaraciones cuando fue contactada por una reportera.
Las candidaturas de Clinton han sido calificadas como inspiración parcial del movimiento #MeToo, aunque ella no ha desempeñado un papel visible en este.
Clinton se pronunció en contra de la conducta de Harvey Weinstein —amigo y donador de los Clinton— cuando las denuncias en su contra fueron publicadas por The New York Times y la revista The New Yorker; entonces, en un comunicado dijo que estaba “conmocionada y horrorizada por lo revelado”
[15:03, 26/1/2018] +52 1 474 737 9249:
