Ayer, en sesión de la Comisión de Medio Ambiente, el director de Gestión Ambiental, Ricardo de la Parra Barnard, repartió culpas ante la precontingencia ambiental que se vive en León.
Señaló como principales causas de la mala calidad del aire a las numerosas obras que se llevan a cabo en la ciudad. Advirtió que el problema de contaminación seguirá.
“Y hay que estar prevenidos, porque todavía nos falta y vamos a tener días con temperaturas más bajas, con cero viento y la polución sigue”, manifestó De la Parra.
Aseguró que la precontiongencia no sólo se activó desde el martes en León, también en Irapuato, Celaya y Salamanca, y que la verificación vehicular tampoco en el corredor industrial ha subido más de un 30%.
Reveló que en estos días, a las 9 de la noche es cuando se disparan los niveles de contaminación, que se pudiera atribuir a que en el acceso a la ciudad se concentra una gran cantidad de automóviles, entre las 6 y 8 de la noche.
Respecto a las obras, el director explicó que en los diferentes trabajos se da la producción de partículas suspendidas PM10, que se puede percibir como la tierra que queda en las calles.
Estas obras, además del parque vehicular conformado por más de 500 mil vehículos que circula todo el día, provocan que se eleve la tierra, la cual queda suspendida por las bajas temperaturas y la falta de velocidad en el viento.
“En la noche está haciendo un frío tremendo, las bajas temperaturas hacen que se quede asentada y es lo que vemos en la mañana”, explicó.
Otras causas
Reiteró que otro problema es que el 30% de los vehículos registrados en el municipio están verificados, el resto no.
Aseguró que el sector ladrillero sí influye en la mala calidad del aire, pero no es el único responsable, dijo que la indicación es que se suspendieran las quemas a cielo abierto, por lo que la Dirección de Inspección y Vigilancia a su cargo ha estado pendiente para impedirlo.
Finalmente, De la Parra dijo que el Gobierno no puede hacer todo, que la sociedad también tiene que colaborar para mejorar la calidad del aire.
“Mientras la sociedad no participe, también nosotros como administración no podemos ser los únicos responsables, no tenemos una varita mágica para decir: que bajen los niveles, que ya no quemen los lotes baldíos, que dejen de circular menos coches, no podemos, no se vale”, concluyó.
