En marzo de este año, cinco mujeres se reunieron en una casa en Nueva York para ingresar a una sororidad secreta que, según se les dijo, se creó para empoderar a las mujeres.

Las mujeres, en sus treintas y cuarentas, pertenecían a una organización de autoayuda llamada Nxivm, con sede en Albany, Nueva York, y capítulos en todo Estados Unidos, Canadá y México.

Para poder ser admitidas, se les pidió que entregaran a su reclutadora, o “ama” (como debían llamarla), fotografías de ellas desnudas u otro material comprometedor, y se les advirtió que esa “garantía” podría divulgarse públicamente si revelaban la existencia del grupo.

Sarah Edmondson, una de las participantes, contó a The New York Times que le dijeron que le harían un pequeño tatuaje como parte de la iniciación, pero no estaba preparada para lo que sucedió después.

Sarah Edmondson compartió su historia en la fraternidad, con el diario estadounidense./ Foto: Cortesía

Le pidieron a cada una de las mujeres que se desnudara y se acostara sobre una mesa de masaje, mientras otras tres mujeres sujetaban sus piernas y hombros.

Según una de ellas, su ama, una integrante de alto nivel de Nxivm llamada Lauren Salzman, les ordenó que dijeran: “Ama, por favor, márcame; será un honor”.

Una doctora procedió a usar un cauterizador para marcar como un herraje un símbolo debajo de la cadera, un procedimiento que duró entre 20 y 30 minutos. Durante horas, gritos y el olor a carne chamuscada llenaron la habitación.

Edmondson reveló la marca que le dejaron para pertenecer a la secta./ Foto: Cortesía

La mayoría de los participantes toma talleres; sin embargo, algunas personas se han comprometido más con Nxivm y han abandonado sus carreras, amigos y familia para convertirse en seguidoras de su líder, Keith Raniere, de 57 años y a quien se conoce dentro del grupo como “Vanguardia”.

Exmiembros lo han descrito como un hombre que manipula a sus seguidores, tiene sexo con sus seguidoras y conmina a las mujeres a seguir dietas que casi las matan de hambre para conseguir el tipo de físico que le parece atractivo.

Ahora muchos integrantes se están retirando y han denunciado a las autoridades, pero los oficiales se han negado a entablar acciones legales.

Edmonson recuerda que se emocionó muchísimo cuando Lauren Salzman llegó en enero para dar algunos talleres, la consideraba su confidente y mentora.

Salzman dijo que tenía algo “realmente maravilloso” que quería compartirle. “Es un poco raro y súper secreto, y para que pueda decirte qué es necesito que me des una garantía de que no vas a hablar”, recuerda Edmondson, quien se unió a Nxivm hace casi una década.

Su ‘ama’ le dijo que la fraternidad se había formado como una fuerza para hacer el bien, una que crecería hasta convertirse en una red que pudiera influir en acontecimientos como las elecciones.

Para que fuera eficaz, las participantes debían vencer debilidades que según las enseñanzas de Raniere eran comunes en las mujeres: una naturaleza exageradamente emotiva, la incapacidad para mantener las promesas y la adopción del papel de víctima.

El centro de la organización en Albany, Nueva York./ Foto: Cortesía

La sumisión y la obediencia serían las herramientas para alcanzar estas metas. La sororidad agruparía círculos, cada uno dirigido por un ama que reclutaría a seis “esclavas”, según contaron dos mujeres. Con el tiempo, ellas reclutarían a sus propias esclavas.

Se les pedía que enviaran textos a con “Buenos días, ama” y “Buenas noches, ama”, ésta les contestaba: “?” y ellas tenían 60 segundos para contestar “Lista, ama”. Si no cumplían tenían que pagar penalizaciones, como ayunar o recibir castigos físicos.

Las esclavas añadían garantías comprometedoras todos los meses a cuentas de Dropbox, y se usaba un documento de Google para llevar un cronograma de reclutamiento de nuevas esclavas, según varias mujeres. Si no cumplían tenían que pagar penalizaciones, como ayunar o recibir castigos físicos, dijeron ambas mujeres.

Edmondson y su esposo dejaron el grupo pero Nxivm interpuso demandas criminales ante la policía de Vancouver en contra de ella y otras dos mujeres, a quienes acusa de vandalismo y otros delitos relacionados con el centro de esa ciudad.

“No hay un manual para dejar un culto”, comentó la exseguidora.

Desde finales de la década de los noventa, aproximadamente 16 mil personas se han inscrito a cursos ofrecidos por Nxivm, que según la organización están diseñados para traer mayor autorrealización al eliminar barreras psicológicas y emocionales.

 

Niegan práctias sectarias

Carlos Emilio Salinas negó que en la filial en México se realicen prácticas sectarias./ Foto: Cortesía

El presidente de EPS México (Programa de Éxito Ejecutivo), Carlos Emilio Salinas negó, para el diario El Universal, que la filial de Nxivm realice prácticas sectarias y de esclavitud sexual.

El hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, declaró que la empresa que dirige desde hace 12 años lleva a cabo talleres de desarrollo humano a través de terapias tradicionales y el psicoanálisis.

Destacó que ESP México imparte los talleres con respeto y dignidad hacia a sus clientes, por lo que negó los métodos que pudiera utilizar la sede de Albany.

 

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