A diferencia de los demás asistentes al concierto de Bad Bunny en Guadalajara, Alan Pulido y sus amigos tuvieron trato VIP.
Fabián Luna, locutor de la estación La Poderosa de León, viajó para ver el concierto y se encontró, dentro de una zona exclusiva, con el delantero de las Chivas y un grupo de amigos y amigas, quienes consumieron bebidas distintas a las que tenía acceso el resto del público.
“Pura champaña Moet. Él tomaba y sus amigos también tomaban, como se dice en el barrio, del pico de la botella. A los demás sólo nos vendían cerveza”, relató el locutor.
“Alan estaba con varios amigos disfrutando del concierto, cantando, bailando, le gusta mucho, por lo que me pude percatar, porque las canciones que canté él también las cantó. Hay algunas muy buenas, con dedicatorias, y obviamente se aventó unos tragos, igual que yo”.

Luna reveló que aunque los asistentes estaban convocados desde las 19:00 horas, el concierto comenzó una hora y 50 minutos después, y que terminó a las 23:30.
“Aunque era zona VIP, me llamó la atención que para nadie había en dónde sentarse, pero al voltear al entorno, veo a unas chicas, muy guapas por cierto, bailando de pie sobre unas silla y ahí vi a Alan”, agregó.
El costo del boleto para esa zona en Calle 2 era de 700 pesos.
Luna dijo que, al salir del concierto, vio a Pulido abrir la puerta del conductor de su Audi R8, aunque no confirmó si se puso al volante o no.
“Al terminar (el concierto), Alan se puso lentes oscuros, una gorra y se quiso quitar la playera que traía, pero no pudo porque, la verdad, sí le pegó duro, sí le metió mucha agua a los elotes (sic)”.
