Llena de luces neón y carros por todas sus calles y avenidas, casinos y fiesta en cada esquina, una ciudad que nunca descansa como Las Vegas se paralizó ayer después de que un hombre asesinara a tiros a 59 personas durante un concierto.
Con calles vacías, sin el cotidiano flujo vehicular y hospitales abarrotados de gente, en la “ciudad de las apuestas” se respiraba un ambiente triste, contó Carlos Leal, un mexicano de Sinaloa.
“(Se vive) mucha psicosis y aparte mucha tristeza, se respira una sensación muy frustrante, y además en una ciudad que es una fiesta, Las Vegas, nunca se había vivido algo así”, señaló Leal, quien se encontraba a pocos metros del incidente.
Justo atrás del hotel Mandalay Bay, desde donde un hombre disparó a una multitud, Carlos conducía sobre el bulevar Freeway 15, cuando vio cómo los carros empezaron a pararse repentinamente y en cuestión de segundos ya no podía seguir ni para atrás ni para adelante.
Alrededor de 100 patrullas, según el sinaloense, comenzaron a llegar al lugar de inmediato. Más tarde arribaron las ambulancias, pero era tal la aglomeración de automóviles que no pudieron acercarse, por lo que la gente comenzó a utilizar carretillas y rejas de contención a modo de camillas para transportar así a las víctimas con los paramédicos.
“Mucha gente pedía pickups prestadas para poder llevarlos (a los heridos) a los hospitales.
“Yo pensé que era un enfrentamiento entre un grupo armado, que aquí no se ve eso, en México desafortunadamente yo sí lo veo mucho, pero aquí eso es muy raro”, agregó respecto a la confusión que tanto él como cientos de conductores compartían.
Yarandy Yáñez, una joven veracruzana que también radica en Las Vegas, contó que ayer, pese a que mucha gente buscó ayudar transportando gente, o donando sangre y comida a los afectados, la atmósfera era muy tensa.
“El ambiente hoy se vive triste y pesado, y todos en Las Vegas vueltos locos, todos hablando de lo mismo (…) Estamos en shock y sorprendidos de que algo tan grave haya sucedido sin ninguna razón”, relató.
