Donar su cuerpo a la Universidad de Guanajuato (UG) para fines de investigación académica es quizá la decisión más valiente que ha tomado Claudia Elizabeth Zepeda García, quien busca ser un ejemplo para la sociedad.
La joven enfermera de 31 años y originaria del municipio de Romita, contó que desde hace 10 años decidió no tener una ceremonia fúnebre al momento de su muerte sino trascender, aunque al principio no sabía cómo, pues su intención era que la momificaran.
Fue a través de las redes sociales que se enteró de dicha posibilidad, por lo que no dudó en contactar a los encargados del proyecto, a fin de conocer como podía realizar el proceso.
El proyecto de donación voluntaria de la UG, encabezado por el doctor Gerardo Chávez Saavedra, cuenta hasta el momento con 16 cuerpos humanos otorgados en vida, la mayoría de ellos de extranjeros que viven en San Miguel de Allende.
“La verdad desde que era chica nunca había pensado en decir ahora que sea mi muerte quiero estar en un panteón o algo, la verdad no veía así el futuro de mi muerte, no lo tenía planeado, se presentó esa oportunidad, creo que es una buena alternativa para aprovechar nuestro cuerpo”, refirió.
Para realizar la donación Claudia tuvo que comprobar que no tenía ninguna enfermedad infecciosa, se entrevistó con personal de la Universidad para conocer el proceso, para después firmar un documento donde acreditó la donación y presentó 2 testigos mayores de edad.
La decisión no fue fácil para sus familiares, pues al principio no daban cuenta de que quisiera que al morir su cuerpo fuera usado con fines académicos, sin embargo entendieron que este era su deseo y la apoyaron.
“Tienes que platicarlo muy bien con tus familiares cuando estés decidido, de preferencia no debes tener un acto religioso porque el cuerpo se empieza a descomponer, tienen que ser lo más rápido, uno de mis hermanos como que no le pareció, pero mis papás estuvieron de acuerdo”, relató.
Claudia relató que su formación médica no influyó en nada para tomar esta decisión, sino por sus ideas firmes de ser momificada, y aunque es religiosa, está consciente de que en vida es cuando las acciones de buena fe cuentan, no cuando ya se está muerto.
Su cuerpo permanecerá 2 años en el anfiteatro del campus León y culminado este periodo se contactará a sus familiares para saber si lo quieren de vuelta para realizar un acto religioso, o si deciden dejarlo para que sea convertido en un esqueleto y sea usado también en materia académica.
“Es una buena decisión, así como uno decide donar los órganos para diferentes personas que lo necesitan, esta es muy buena opción para la investigación, para la ciencia, para las futuras generaciones y su enseñanza, es cuestión de pensamiento y decisión de cada persona”, enfatizó.
Claudia busca ser un ejemplo para otras personas que tengan la misma inquietud que ella, con el propósito de fortalecer la investigación docente y dar oportunidad a que los estudiantes de las nuevas generaciones estén mejor preparados.
Buscan promover donación de cuerpos
Este proyecto está a cargo de Gerardo Chávez Saavedra, encargado del Departamento de Medicina y Nutrición de la UG, quien a ha trabajado para dar a conocer este programa de donación voluntaria en todos los rincones del Estado.
Al notar la necesidad de contar con cuerpos para la investigación docente, decidieron iniciar la campaña, que se suma al convenio que la Universidad tiene desde 1993 con la Procuraduría de Justicia de Justicia del Estado (PGJE) y la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG), a través del cual reciben cadáveres que no son reclamados o reconocidos.
“La donación es un proceso gratuito para la persona y solamente se requiere de un permiso escrito donde la persona manifiesta de forma libre que quiere donar su cuerpo después de la muerte”, indicó.
Contó que en la década de los 90 ya se habían presentado este tipo de donaciones, de extranjeros que habitan San Miguel de Allende y que por cuestiones culturales, era más fácil que ellos se sumaran a este tipo de programas.
En la sede Centro del Campus León, se cuenta con el anfiteatro, el cual cumple con las especificaciones que por norma se requieren para este tipo de investigaciones, equipado con un refrigerador, materiales para el proceso de conservación que tiene una duración de 3 semanas para que el cuerpo no entre en descomposición y planchas.
“Se utilizan bajo una premisa de buscar la dignidad y el respeto de la persona, entendemos que estamos trabajando con un cuerpo que tuvo vida, sueños, una familia, siempre contemplamos eso a la hora que los utilizamos y hacemos consciencia entre los alumnos y los docentes, es una forma de agradecer a las personas”, refirió el doctor.
Chávez Saavedra destacó que la mayoría de las investigaciones son para procesos de conservación y que existen varias técnicas dependiendo del órgano, además para que los alumnos vean la ventaja que tiene utilizar un cuerpo humano a un modelo de plástico o virtuales.
“Hemos visto que a pesar de que contamos con libros clásicos, los modelos de plástico, modelos virtuales interactivos, no existe nada que pueda sustituir el uso de los cuerpos para el aprendizaje en los alumnos en cuestiones anatómicas”, enfatizó.
Para contactarlos y hacer donaciones, los interesados pueden comunicarse al teléfono 01 477 267 49 00 extensión 3682, o a través del correo electrónico [email protected].
