Los más de 16 mil aficionados que presenciaron el partido entre León y Santos se comportaron en el inmueble esmeralda, al menos al principio y sobre todo en el caso de los seguidores esmeraldas, que volvieron a dirigirle ese inconfundible grito al arquero Jonathan Orozco.

Después del 2-0 y la jugada en la que amonestaron a Jorge Pereyra y Néstor Araujo, los aficionados verdiblancos mostraron su descontento gritando nuevamente durante el despeje del arquero visitante.

La porra de Santos no se quedó atrás, pues ya en el complemento y cuando Felipe Rodríguez estaba frente a ellos, olvidaron el respeto que habían mostrado al equipo local e hicieron lo mismo.

Poco influyeron las recomendaciones realizadas por medio del sonido local, los ánimos verdiblancos ya estaban caldeados y el grito se mantuvo hasta el final del enfrentamiento.

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