El domingo alrededor de las 5 de la tarde, su madre recibió una llamada.
La Subprocuraduría de Justicia de Irapuato le informaba a la señora Jenny que el cadáver de la mujer que había sido encontrado en un tambo el sábado, correspondía a su hija
El 6 de Julio fue la última vez que sus padres, su hijo de 5 años, su pareja y su hermana, vieron con vida a Brenda.
“Ella salió a la tienda a comprar. Eran las nueve de la noche. En una tienda por (el bulevar) Gómez Morín; dice la gente que cuando salió, se le emparejó una camioneta, bajaron varios hombres, le taparon la boca, la inmovilizaron y se la llevaron”, declaró su prima.
Pasó una hora, dos… la media noche y Brenda no volvió más.
Sus padres salieron a buscarla a casa de amigos y tíos.
Brenda, de familia muy humilde, trabajaba vendiendo tamales y haciendo el aseo como empleada doméstica en algunas casas.
Ignoran denuncia
“Fueron al Ministerio Público a presentar la denuncia pero no se las aceptaron. Que tenía que cumplir 72 horas (desaparecida) para iniciar la carpeta de investigación por su desaparición”, denunció su prima.
“Eran días angustiantes para mi tía. Diario iban a solicitar avances en la investigación, pero llegó un momento que ya no les quisieron dar más información. Un día llamaron a mi tía y le dieron la dirección de un domicilio para que le fuera a tomar fotos, pero ella se enojó y les gritó que ese no era trabajo de ella”, dijo.
Jenny, la madre de Brenda, decidió demandar ante Derechos Humanos a la Procuraduría de Justicia, por el mal trato que le daban y omisión de información.
“En Derechos Humanos le dijeron que estaba actuando mal la Procuraduría. De entrada porque no tenían porque pedirle fotografías de una casa, que la estaban exponiendo al peligro”, platicó.
Ayer por la madrugada los restos de Brenda fueron entregados a su familia.
