Invicto en el Hexagonal. Dos partidos perdidos de cinco posibles. Realidades que contrastan pero que representan plenamente lo que después de cinco fechas, han realizado respectivamente México y Estados Unidos, en las eliminatorias de la Concacaf rumbo a Rusia 2018.
Columbus, en noviembre del año pasado, fue el escenario del primer partido que correspondiente a este Hexagonal, protagonizaron estas dos selecciones que pese a sus intentos, no pueden olvidar la rivalidad que convierte cada uno de sus encuentros en los más destacados de la zona.
El de esta noche en el Estadio Azteca no será la excepción, pues el Tricolor de Juan Carlos Osorio recupera poco a poco su título de “gigante” tras vencer 3-0 a Honduras esta semana, y con mucha categoría.
Sin duda, el trabajo del timonel azteca comienza a dar sus frutos, pues aún no conoce la derrota en el Hexagonal y además, sólo ha permitido un gol en cinco duelos, éste obra, irónicamente, del combinado estadounidense.
Ese que luego de un inicio complicado, con dos derrotas consecutivas, decidió modificar el banquillo y permitir el regreso de Bruce Arena, artífice de una época dorada del combinado.
El desafío de este 2017 no es poca cosa, pues si bien todavía restan cinco jornadas más (contando la de hoy), Estados Unidos necesita un triunfo en el Estadio Azteca si quiere recuperar puestos en la tabla y tener esperanzas de clasificar directamente a Rusia 2018.
El único detalle es que de seis enfrentamientos que el nuevo técnico estadounidense ha dirigido contra los Verdes, no presuma ninguna victoria cuando visitan al equipo mexicano.
Esto será bien aprovechado por Osorio, quien se verá obligado a modificar su planteamiento ante las ausencias de Andrés Guardado, Rafael Márquez, Miguel Layún y Carlos Salcedo, pero como se vio ante Honduras, cuenta con un equipo capaz de suplirlos.
