Ahora que se habla del Guadalajara contra León, la historia nos dicta que son diez los jugadores que han pasado directamente de las filas esmeraldas a las de Chivas y si bien el gusto se rompe en géneros y en generaciones, para un servidor, nadie como Concepción Rodríguez.
El ‘Concho’, el ‘Chupón’ o como a usted le plazca, es un leonés muy sagrado para el Rebaño.
Nacido en nuestro terruño, la colonia lo conoció como el ‘Chupón’ porque tenía la costumbre de meterse los dedos a la boca hasta que su papá le quitó la manía ya entrando a los 13 años. 
Se distinguió desde el amateur aprovechando una condición que la vida le regaló. Sus rodillas tenían algo especial que el mismo definió con un ‘nací sin meniscos’, pero esto, que bien le hubiera impedido jugar futbol, en contraparte lo hizo brillar.
Antes no había tantas ‘subs’, que si Sub-13, que si Sub-15, que si Sub-17… si llegabas al profesionalismo lo hacías ya algo ‘aplaudido’ por la vida y si aprovechabas la oportunidad, bendito eras.
Tenía 17 años cuando ingresó al famoso Cachorros de León de Tercera División, que era el único filtro para llegar al primer equipo con los grandes. Fue en la temporada 1976-77 cuando debutó con los Panzas Verdes en Primera.
Maduró como futbolista y de ubicarse por el centro del campo, lo fueron orillando poco a poco hacia la banda en un sistema futbolero en el que todo equipo debía jugar con dos extremos de preferencia chaparrones, piernas gruesas y a todas luces veloces.
El ‘Concho’ no cumplía con ninguno de estos requisitos, ah, pero cómo gambeteaba el canijo. 
Luciendo una cabellera rizada un tanto exuberante, cual imagen de panecito cubierto de chocolate, y relativamente alto para jugar como extremo, era de esos que todo técnico quería por hacer lo básico en su posición: llevarse a todos, llegar a línea de fondo y centrar para gol.
Él hacía todo eso con el balón y hasta jugadas de más, recibiendo incluso críticas de técnicos y tribuna.
El destino hizo que las temporadas de éxito del León no se compaginaran con el ‘Concho’. Del final de los 70 y sobre todo en la década de los 80, hay en la historia del equipo más nubarrones que soles incandescentes.
Aún así el ‘Chupón’ se destacó y fue Alberto Guerra quien le echó el ojo para llevarlo al Rebaño en el 84. Mientras allá él ascendía en su juego, aquí el León se hundía en la oscuridad. Mientras allá el ‘Concho’ jugaba liguillas por el título, aquí el León apenas evitaba liguillas por no descender.
El ‘Chupón’ llegó a lo sublime en la 86-87 jugando en la Final contra el Cruz Azul. En el primer duelo La Máquina ganó 2-1 y para la vuelta se necesitaba un héroe y este fue el leonés del chiverío.
‘Concho’ fue el artífice de un 3-0 que le dio a Chivas su novena estrella. Recuerdo ese domingo, anotó el ‘Sheriff’ Quirarte y ‘Yayo’ de la Torre, pero fue el ‘Concho’ el que hizo lo que quiso con los celestes. En esa temporada el ‘Chupón’ tocó la gloria y el equipo de su ciudad el descenso. Cosas de la vida.
El ‘Chupón’ nos deleitó, driblador como hoy en día no hay muchos, ingenioso como hoy en día no hay muchos y también decir que con destellos de personalista, de esos que todavía hay y muchos. 
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