Víctor Manuel Román Flores, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo Canaco-Servytur) León, dijo que los botones de pánico del proyecto Escudo son un fracaso y no han logrado inhibir la delincuencia. 
Aseguró que cientos ya están fuera de servicio o nunca fueron conectados a la Central de Emergencias C5.
“Nunca se tuvo un control sobre el destino que tendrían los botones y hay una gran cantidad que no se sabe dónde quedaron”, comentó.
Álvar Cabeza de Vaca Appendini, secretario de Seguridad Pública del Estado, informó que repartieron 800 entre comercios y empresas, de los cuales 500 fueron para Canaco, pero que 44 están extraviados.
Pero Román lo negó y dijo que a la Canaco sólo se entregaron 120 botones.
“Ya estuvimos con los de C5 y van a ofrecer una disculpa. No es cierto que falten 44. La realidad es que traen un relajo total con estos botones. Cuando comenzaron a otorgarlos los dieron a diestra y siniestra, sin control alguno”, aseveró.
“Tal vez sí entregaron los 800, pero los repartieron en la Central de Abastos, 228 botones fueron para Oxxo y el Centro Histórico. Es lamentable que quieran justificar con la pérdida de 44 botones los que no han dado”, añadió.
Añadió que personal de seguridad del C5 reconoce que tienen un descontrol total con todas las cámaras y asociaciones.
“El programa Escudo es muy bueno. Está probado en muchas partes por la alta tecnología con la que cuenta, pero no se le está dando seguimiento. Ser entregaron los botones pero nunca se capacitó a quienes los recibieron para su uso”, lamentó.
El líder de los comerciantes consideró urgente relanzar el programa.
“Ha sido un fracaso (Escudo) y no porque sea malo, sino por la desorganización que hay. Es un total desfase. La realidad es que lo botones no han funcionado. Nadie sabe cómo se usan, ni han inhibido a la delincuencia”, finalizó.
En diciembre de 2012, Cabeza de Vaca anunció la firma de un contrato para el proyecto Escudo con una inversión total de dos mil 727 millones de pesos, y que entre otras cosas comprendía la instalación de dos mil 526 cámaras de videovigilancia y 20 mil botones de pánico que se distribuyeron sin un adecuado control.

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