División de opiniones ha generado una de las iniciativas del Papa Francisco, plasmadas en el tratado de la vida familiar, que señala abrirle la puerta a los divorciados que quieran volver a la iglesia católica.
En el “Amoris Laetitia” (en latín “La Alegría del Amor”), el sumo pontífice exhorta a que tomen la Sagrada Comunión algunos divorciados y nuevamente casados, dejando a consideración a los sacerdotes a que tomen esta decisión.
En un recorrido realizado por diferentes puntos de la ciudad, personas coincidieron en que si bien no estaban plenamente informados de la noticia, este tipo de cambios no se deberían de dar dentro de la iglesia católica.
“Yo soy católico, la verdad es que cambiar las normas de un día para otro, le va a costar mucho trabajo a este señor (Papa), sería un cambio total de normas muy diferentes a las que nosotros aprendimos desde niños”, dijo Manuel Salazar, quien salía del templo del Barrio de San Miguel.
En el mismo sitio, a Ofelia le sorprendió la noticia y aunque en un primer momento mostró su descontento, puntualizó que al ser reformas que está realizando el máximo jerarca de la iglesia, se deben respetar.
Otros, en cambio, mencionaron que es fundamental que la iglesia católica realice un cambio de mentalidad, el cual sea incluyente para todas las personas sin distinciones.
“Son temas polémicos, pero estamos en pleno siglo XXI, ya no podemos señalar a aquellos que no tuvieron éxito en su matrimonio, la iglesia no puede excluirlos, qué bueno que se está abriendo a esta nueva mentalidad”, expresó Saúl Juárez.
Asimismo, en el documento, Francisco cierra por completo las puertas a un matrimonio entre personas del mismo sexo, varias personas coincidieron en esta decisión.
“Me parece bueno que se les esté dando una nueva oportunidad a los divorciados y perdonando todos sus pecados, el tema de los homosexuales es muy polémico y creo que de momento está bien que la iglesia no cambie su forma de actuar ante los homosexuales”, opinó Magdalena Rodríguez.