Personal de la Benemérita Cruz Roja Mexicana rindió homenaje de cuerpo presente al comandante Jesús Ramírez Cázares, quien será recordado como buzo, paramédico, maestro, atleta, militar, padre de familia, amigo y un ejemplo a seguir.
El pasado lunes, el comandante Ramírez falleció, pero esto no impidió que su cuerpo llegara a su segunda casa, la Delegación de Cruz Roja en Celaya donde sus compañeros velarlos sus restos por varias horas.
A las 11 de la mañana de ayer se brindó homenaje a Jesús Ramírez, quien dedicó 55 años de su vida a salvar la de otros, sin esperar nada cambió y trasmitir su honestidad, sabiduría y respeto a las personas que lo rodeaban.
El sonido de las sirenas fue más fuerte que el de costumbre porque en esta ocasión se escuchó hasta el cielo para acompañar al comandante, quien dejó huella en los corazones de sus familiares, amigos, compañeros y personas que ayudó en sus miles de servicios.
El nombre de Jesús Ramírez se escuchó en último pase de lista, pero sus compañeros contestaron de inmediato “presente” porque saben que él no se fue del todo, se quedaron sus enseñanzas y recuerdos.
El presidente del Consejo Directivo de Cruz Roja Celaya, Eugenio Clark lamentó la pérdida de tan importante elemento y deseó pronta resignación a la familia.
Compañeros y autoridades de la institución manifestaron que Ramírez era un hombre de principios, paz y siempre estuvo al servicio de los demás.
Durante el evento hubo un minuto de aplausos y otro de silencio para recordarlo, también se montó una guardia de honor con el Delegado Estatal de Cruz Roja Celaya; Pedro Iridin Videguren, el Director General; Juan Humberto Santoyo y coordinadores de la delegación. 
Ramírez Cázares nació en Celaya, fue padre de 7 hijos, fue Sargento de Caballería, compitió para ser seleccionado de las Olimpiadas del 68 en la disciplina de atletismo, fundó los Buzos Acuáticos de la Cruz Roja por sus amplio conocimiento, entre los logros más importantes.
El año pasado, la Cruz Roja reconoció su trayectoria de 55 años donde manifestó su satisfacción por la evolución de la corporación y sus integrantes.
La tarde de ayer, se celebró una misa de cuerpo presente en el Templo de San Francisco y después sus seres queridos y allegados le dieron el último adiós, sin olvidar sus frases que lo distinguían; “Fórmense todos derechitos”, “Las ordenes se acatan” y cuando le preguntaban que como se encontraba el respondía “chulo, bonito, mamacito”.

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