Tras casi tres meses de obras en la que la circulación vehicular se cerró en la calle de Álvaro Obregón, en el Centro de la ciudad de Celaya, comerciantes han tenido cuantiosas pérdidas económicas, mientras que otros mencionan que serán más los beneficios que traerán las obras.
En un recorrido que realizó am al mediodía de ayer, se constató que algunos negocios de la zona, como un estacionamiento y una tienda de abarrotes, han tenido que cerrar, debido a que les fue imposible pagar la renta del local, informaron otros locatarios.
El objetivo del proyecto era sólo para renovar banquetas y guarniciones que permitiera darles un mejor acceso a personas con discapacidad y cambiar los postes de luz por iluminación led.
No obstante ingenieros de la obra se encontraron con fallas en el drenaje que traía como consecuencia que en temporada de lluvia la calle se inundara de forma considerable y a la postre podría haber el peligro de un socavón.
‘Cocino para vender, pero nos lo comemos’
“Hago guisados para comérnoslos nosotros”
María Magdalena Cruz, propietaria de la taquería “El Herradero”, ubicada en la calle Álvaro Obregón, se mostró preocupada ante la crisis económica por la que atraviesa debido a la baja clientela que ha tenido este año, relata que a diario hace guisos que incluso se tienen que comer los mismo empleados para evitar tirarlos.
“Antes hacía entre tres y cuatro kilos de carne para vender, hoy estoy haciendo tres cuartos porque ya no viene nadie, en verdad que es una situación muy difícil la que estamos pasando debido a las obras, me dicen que vaya a pedir ayuda a presidencia, pero no sé, aquí dicen que terminarán el 9 de abril”, detalló.
Si bien admite que las obras eran necesarias debido a que constantemente las lluvias provocaban que el drenaje se rompiera y “olas con agua de drenaje inundara el negocio”, María Magdalena Cruz señala que inclusive ha tenido que pedir préstamos para que no le corten la luz.
“Aquí en el negocio tengo a siete empleados, imagínense los gastos que tengo, he tenido que pedir prestado para pagar la luz, debo el agua y ya me amenazaron que me la van a cortar, el predial lo tuve que pagar sin descuento”.
La propietaria del negocio narra que semanas atrás, cuando las rachas de viento eran considerables, le fue casi imposible vender, pero aún así, espera que el “sacrificio valga la pena”.
“No los dejan trabajar”
El propietario de un establecimiento de la zona, que omitió su nombre, expresó que a pesar de que los trabajos van en tiempo y forma, hay personas que no dejan trabajar, a pesar de que la calle está cerrada a la circulación.
“A veces pasan los motociclistas muy recio e incluso los trabajadores se tienen que hacer a un lado para dejarlos pasar, los ciclistas ni se diga y cuando estaba abierta la calle, los niños curiosos venían asomarse a los hoyos con el peligro de que se cayeran”.
Esta misma persona, mencionó que a pesar de las pérdidas económicas, los beneficios a corto plazo serán más y con esto se evitarán problemas de drenaje.
