En Las Arboledas, una de las colonias más conflictivas y peligrosas de León, por el pandillerismo, el párroco José García Hernández ha puesto en marcha una campaña de rescate de chicos banda a través de cursos de tanatología y mediante cuaresmales para jóvenes en los callejones. 

  Incluso ha instalado la Cruz de San Damián en lo alto de la torre de la iglesia de San Juan Bautista.

“Somos una comunidad parroquial, que teniendo como ícono la Cruz de San Damián, quiere seguir la invitación del Papa Francisco, que nos dice no a la cultura del descarte, que es la que rechaza, que señala y que dice que ya no hay remedio entre los jóvenes que han caído en las drogas, el pandillerismo, en los vicios”.

“El Papa Francisco nos dice que ante la cultura del descarte se encuentra la cultura de la inclusión, por eso hemos colocado este signo de la Cruz de San Damián, para unir familias y acabar con conflictos sociales en la colonia entre grupos de jóvenes”, explica el párroco.

Señaló que los mensajes del Papa Francisco a los jóvenes han calado hondo en ellos y hay que ayudarlos a rescatar su dignidad, a levantarlos de las drogas y del vandalismo, a través del gran fervor religioso que tienen.

El párroco destacó que la psicóloga Rufina Quezada ha iniciado desde hace un par de semanas cursos de tanatología, para ayudar a familiares de personas que han perdido la vida en riñas de pandillas, a superar, a perdonar y acabar con los odios y rencores hacia los demás.

En lo alto de la torre de la iglesia de San Juan Bautista, que se localiza en medio de la colonia Las Arboledas y El Paisaje, se colocó un gran crucifijo de San Damián, que mide 5 metros de largo y 3.5 de ancho y pesa 400 kilos, que es el ícono del Cristo Glorioso.

Es de acero inoxidable y recubierta, por dentro tiene luz, por lo que de noche luce majestuosa. Se instaló hace cuatro semanas.

“Es la cruz que inspiró a San Francisco de Asís, que data de hace más de mil años, y con la que se busca concientizar a los jóvenes que todos son incluyentes en la sociedad, no excluyentes. La espiritualidad de San Francisco lo fue llevando a esa hermandad, con un sentido de equidad”.

El Párroco explica que la Cruz de San Damián que se colocó en el templo tiene una iconografía muy característica. Tiene al centro a un Cristo alegre, contento, y a la vez un Cristo que abraza.

Al lado derecho está la imagen de María, San Juan Evangelista, y abajo el soldado que le atravesó el costado a Cristo; el otro lado la imagen de María Magdalena, el centurión romano y el jefe de la sinagoga que le condenó.

“La invitación que nos hace en esta Cruz es que no se excluye a nadie, sino que incluye, tanto aquellos que se consideraban buenos en la época de Jesús, como aquellos que no eran considerados como tan buenos”, añade.

Una cruz muy antigua que en la parte de abajo tiene las imágenes de San Pedro, San Damián y San Patricio y en la parte superior una imagen del Cristo Glorioso que es recibido por el coro de los ángeles del cielo.

“Todo esto, ¿qué nos ha inspirado como comunidad parroquial?, y como efecto de la presencia del Papa Francisco, es el adoptar el nombre de Francisco, inspirado en la espiritualidad de San Francisco de Asís.

El párroco señala que se busca a través de la espiritualidad y de la fe de los jóvenes rescatarlos del infierno de las drogas en este año de la Misericordia.

“Los jóvenes tienen que descubrir la grandeza que Dios hace en cada persona, abrazarlos, incluirlos. Por eso estamos acudiendo a los callejones a llevar cuaresmales a los jóvenes, en medio del sitio donde a veces se están drogando o donde se han registrado batallas campales”.

“Hay que hacerles saber que hay remedio y ayudarles a salir de sus problemas cuando hay voluntad y cuando se dejan abrazar el amor Misericordioso de Dios Padre”, dijo el padre José.

El párroco señala que ya hay muchos testimonios de jóvenes que han logrado superar la drogadicción y los conflictos, el deseo de revancha y el rencor hacia los demás, y viven un proceso de transformación y de cambio.

“La Cruz de San Damián quiere también alzar su voz y decir no a la cultura del descarte, sino de la inclusión”, subrayó el sacerdote.

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