Las compras navideñas de última hora han incrementado el tráfico vial en la ciudad y saturan los principales centros comerciales de León, como es la zona de outles, Centro Max, Plaza Mayor, Plaza Palmas, Altacia, Gran Plaza y Zona Piel, entre otras.
A esto hay que aunarle los más de 40 mil vehículos flotantes (que van de paso) o que vienen de visita, incrementando también la contaminación.
Tan sólo en los últimos días, se estima que a Zona Piel llegaron más de 150 autobuses foráneos; sin embargo, los comerciantes perciben que han disminuido en comparación con años anteriores en los que llegaban a sumar hasta 300 camiones en un día.
“Bajaron mucho las ventas en relación a otros años. Este año bajó el número de unidades”, dijo Alfredo Reséndiz Zúñiga, secretario de la Unión de Comerciantes ambulantes y semifijos.
“Por ejemplo, el sábado sólo se tuvo que cerrar a la circulación las principales vialidades, como Plan de San Luis, dos veces en un día, cuando en años anteriores la cerraban permanentemente por la gran afluencia de visitantes”, añadió.
Ricardo de la Parra Barnard, director de Gestión Ambiental, comentó que el principal problema de contaminación en esta temporada invernal es causado por más de 400 mil vehículos que figuran en el padrón vehicular del Instituto de Ecología del Estado, a los que se suman más de 40 mil “chocolates” y otros 40 mil “flotantes”, que vienen de visita o van de paso.
Miles de vehículos saturan las principales vialidad de la ciudad, como es el caso del bulevar Aeropuerto, donde están las tiendas de los outles, por donde circulan en ambos sentidos más de 120 mil carros cada 24 horas.
Los estacionamientos de los principales centros comerciales también están abarrotados.
“Es un mundo de gente el que está llegando a comprar de última hora. Lo más socorrido en León es el calzado, marroquinería, cintos, carteras, artículos de piel, como chamarras y bolsas”, dijo José Guadalupe Montalvo Hernández, gerente comercial.
Bulevares como Hilario Medina y Paseo de los Insurgentes, así como el Malecón y Campestre, se han visto afectados por el intenso tráfico vehicular.
La calle Mérida no sólo sigue cerrada en el tramo de Prolongación Calzada y López Mateos, sino que también se cierra por el bloqueo que hacen camiones foráneos, pese a que es uno de los accesos al barrio del Coecillo.
“Se hacen gigantescos embotellamientos. Nunca hay tránsitos en la zona y los camiones se meten hasta en sentido contrario en la calle Españita”, aseguró Martín Canales, vecino.
Pero lo avenida Miguel Alemán no se queda atrás, pues está saturada de vehículos y puestos ambulantes.
“Tenemos mucho retraso en los recorridos de rutas debido a que no respetan los carriles exclusivos de las orugas. Un recorrido normal entre las estaciones San Jerónimo y Delta es de no más de 45 minutos, pero en estos días hacemos hasta hora y media”, señaló Ernesto Contreras, operador de oruga.

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