Juan Daniel Navarro Sevillano se convirtió en salvador de vida, luego de fallecer a consecuencia de las heridas que sufrió en un accidente vehicular y que sus padres aceptaran la donación de sus órganos.
Mientras se encontraba internado en el Hospital Regional en la ciudad de León, los médicos de Juan Daniel informaron a sus padres que el joven presentaba muerte cerebral.
“Todavía estoy triste, yo me reconforto en pensar que recordarán a mi hijo por todo lo bueno que él era, y porque sé que va a dar vida y se encuentra en otras personas”, dijo la señora Ma. De los Ángeles Sevillano, madre de Daniel.
Daniel era el cuarto hijo de los señores Antonio Navarro y Ma. De los Ángeles, con él eran 3 varones y dos mujeres, sus hermanos.
La tarde del 3 de diciembre, cuando ocurrió el accidente, el señor Antonio recuerda que su hijo fue a entregar un corte de la maquila, a lo que se dedican en el negocio familiar.
“Salió a las 6 de la tarde y me dijo que de regreso pasaría por una amiga, me acuerdo que le dije que mejor no se tardara pues estábamos planeando su cumpleaños que fue el día 7. Le acababa de decir que le haríamos una carne asada”.
De regreso, Juan Daniel tomó el bulevar Las Torres, pues su casa se encuentra en la colonia Guanajuatito, en la ciudad de Purísima del Rincón.
En el cruce con la calle Rayón ocurrió el impacto; el conductor de una camioneta Ford roja, cruzó aparentemente sin precaución y con exceso de velocidad, golpeando la motocicleta que conducía el joven.
“Un amigo llegó como a las 7 a avisarnos que Daniel había tenido un accidente…cuando llegué ya no lo vi, sólo encontré la moto desecha, no tenía ni el tanque de la gasolina. Los policías me dijeron que los de la Cruz Roja lo llevaron al Hospital y me fui a buscarlo”, recuerda el señor Antonio.
Por la magnitud de sus lesiones, Juan Daniel fue trasladado al Hospital Regional de León, en donde permaneció en terapia intensiva hasta el día 8 de este mes, un día después de que cumpliera sus 19 años de edad.
Juan Daniel
Su familia recuerda a este joven como una persona con muchos proyectos por realizar, ilusionado con salir adelante en el negocio familiar, trabajador, alegre y deportista.
Le gustaba el futbol, jugaba en el medio campo, recibió trofeos y reconocimientos, y por 8 años destacó en este deporte.
Luego se integró al negocio familiar y sus padres señalan que fue un joven dedicado y trabajador, responsable.
“Se cuidaba mucho, no tenía vicios, sabía lo que quería en la vida y hacía muchos planes con mi papá”, recuerda su hermana.
Los rosarios para Juan Daniel comenzaron ayer a las 8:30 de la mañana en el domicilio de sus padres.

Él pidió ayudar a otros cuando muriera

A pesar del dolor de la pérdida de su hijo, los padres de Daniel consideraron la donación. Recordaron que en algún momento les dijo que de pasarle algo, tomaran de él lo que sirviera para ayudar a otros, y así lo hicieron.
De Juan Daniel se obtuvieron sus corneas, riñones, médula ósea y su corazón. Cada órgano fue trasplantado con éxito, unos en la ciudad de León y su corazón en la ciudad de México.
“Los médicos nos dijeron que los órganos de mi hijo estaban en excelentes condiciones; y que la situación con Daniel era especial, pues su sangre era universal, un caso entre mil. Eso para nosotros era una señal”.
“Sería injusto de mi parte no haberlo hecho (donación), si mi hijo puede ayudar a otra gente, que así sea. Nos tranquiliza la donación, es fuerte el dolor, el golpe de perder a mi hijo, pero que bueno que sirva para dar esperanza a otras familias de personas que están sufriendo y que como mi hijo, tienen planes en su vida”, dijo Ma. De los Ángeles.
Aun cuando además de perder a un ser querido y tratar de sobre llevar el dolor, la donación implica un proceso, los señores Antonio y Ángeles estuvieron dispuestos a pasar por el papeleo y el tiempo, para llevar vida a través de su propia pérdida.
Y luego de esta lamentable situación, los padres de Juan Daniel exhortan a otros a sumarse a esta causa. “Es difícil tomar una decisión así, pero también es importante concientizarse sobre la donación de órganos, que no teman, es un deber ayudar a otras familias a que tengan felicidad y esperanza. Nos sentimos orgullosos de que nuestro hijo esté ayudando a otros”.

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