Joan Comellas, Josep Maria Lladó, Carles Lladó y Jaume Llansana, originarios de Igualada, en Barcelona, juntaron sus ahorros para iniciar en un globo de segunda mano una travesía desde España hasta África.
Aquella aventura la emprendieron en 1978, y se convirtieron en los primeros españoles en hacer realidad aquel sueño escrito por Julio Verne en su obra “Cinco semanas en Globo” de 1863.
La travesía fue todo un acontecimiento, su agenda rutinaria se llenó de entrevistas en radio y televisión de aquella época y tres años después concibieron la empresa que luego de 34 años ha fabricado más de 2 mil globos que han sobrevolado por los cielos de gran parte del mundo.
Una fábrica leonesa
Tan trepidante aventura les generó plasmar sus anécdotas en su propio libro “África en Globo”.
“Cruzaron el África de este a oeste, la primera parte del libro habla de su paso por la isla de Zanzíbar. Recuerda mi padre –Joan Comellas- que cuando pasaron por la selva los africanos veían con tal sorpresa su globo, quizá imaginando que se trataba de un Dios extraño o algo así”, relata Oriol Comellas-Rabal director de Ultramagic planta León, quien nos hace un espacio en su atareada agenda, horas previas al comienzo esta mañana del Festival Internacional del Globo en León, en donde al menos 40 de los aerostáticos han sido construidos por ellos.
La planta ubicada a cinco minutos del Parque Metropolitano, es la segunda de la empresa española, por lo complicado de su proceso realizan un promedio de dos aerostáticos de forma mensual.
Sobre las nubes
La sede de León fue concebida para producir a clientes de Latinoamérica, pero son principalmente a los Estados Unidos, Argentina y Colombia los países que más envían ya sea vía terrestre, marítima y avión.
“Todo depende de las necesidades y urgencia de nuestros clientes, podemos hacer 2 globos de tamaño pequeño-mediano en un mes, un globo grande nos lleva de un mes y medio a dos meses, eso en la parte producción y luego viene la fase de pruebas, documentación, por eso al cliente le contestamos que su entrega lleva un promedio de 3 meses”.
Una de las tantas peculiaridades que existen en su planta leonesa, es que contrario a cualquier empresa, en Ultramagic prácticamente está prohibida la rotación de personal.
“No existe la mano de obra especializada en el sector, tengo que partir de formarla yo, y eso no es sencillo, cada persona tenemos que enviarla a España para capacitar, y para mí la rotación tiene que ser prácticamente inexistente. Lo primero que yo les explico a los que van llegando es que aquí vienes para quedarte”.
Tiene una persona encargada de las canastillas, tres especializadas en envolventes, dos costureros y un ingeniero para planos y medidas.
Travesía de altura
Oriol Comellas-Rabal es uno de los pocos niños que desde el vientre de su madre pudo vivir la sensación que genera “volar” sin tener alas.
“Mi primer viaje tuvo que ser a los tres años, pero antes ya mi mamá me había subido en brazos, nací viendo globos en el cielo, conociendo cada uno de los pasos que se requieren para construirlo, en exposiciones y cada que veo un globo viene todo eso a mi mente”.
Antes de entrar de lleno al negocio de su padre, Oriol buscó probar experiencias en empresas involucradas con el diseño, su especialidad. Sin embargo, el destino -como él lo llama- le aconsejó que sus mejores momentos los viviría en la empresa que había comenzado su padre.
Para el joven director de Ultramagic en León la vida tiene varias similitudes con la construcción de un globo y una de ellas es que debes trabajar cuidando cada detalle, sin dejar de pensar en el objetivo final que al igual que un globo no podrá verse hasta que el proceso quede completamente terminado.
“En un globo estás fabricando algo que no vas a ver hasta que termines, lo puedes extender todo lo que quieras, pero hasta que no lo infles vas a ver realmente como quedó, no puedes dejar una costura sin comprobar, un detalle. Tienes que estar atendiendo cada paso, pero pensando siempre como va quedar cuando termines”.
Sus insumos
La materia prima utilizada es en gran parte de México.
“Sobre todo el material secundario, salvo a algunas piezas pequeñas que se traen de España, el junco del canastillo y nylon se trae de fuera… son varios proveedores y estamos en busca de una empresa mexicana que nos lo realice”.
Disfrutar de un cielo lleno de aerostáticos coloreándolo es un gran momento, pero antes de que suceda, existen una serie de pruebas “bastante complicadas”.
“Sin embargo ya después de tanto tiempo estamos acostumbrados y lo disfrutamos. Cada pequeña parte de avance requiere una revisión de análisis detallado y la prueba final es la de vuelo antes de ser entregado al cliente”.
Comellas-Rabal se considera un hombre de retos y aunque acepta que los globos más complicados son los que tienen figuras sin antecedente en la fabricación, al mismo tiempo son los que más disfruta construir.
“El hacer globos ‘complicados’ es uno de los retos a inmediato plazo en León, llegamos aquí buscando expandir el mercado facilitando la logística para Latinoamérica, vamos por el sexto año, nuestra llegada era una completa prueba, pero hoy estamos convencidos de que es la ciudad perfecta para crecer, nos quedamos aquí. Y no existe intención alguna de irnos”.
