“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta” (Escritor Sam Keen)
Un aprendizaje de amor es el que viven desde hace varios ayeres, la joven pareja formada por Adolfo Pérez Zaragoza y Erika Aguilera Vaca.
El amor que se han profesado con el paso de los años, llevó a la pareja a unirse a través del sacramento del matrimonio.
Después de varios meses de preparativos, el gran día llegó, Adolfo esperó con gran nerviosismo, frente al altar del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe al amor de su vida; Erika, quien luciendo más bella que nunca llegó del brazo de su papá.
Con la ilusión de unir sus vidas para siempre, los enamorados escucharon con atención el mensaje que el párroco les compartió.
Luego de escuchar la palabra de Dios, el momento más esperado apareció al ver como Erika y Adolfo intercambiaron la promesa de amarse hasta la eternidad.
Con la bendición de Dios, los recién casados se trasladaron al salón de fiestas Alcázar, donde disfrutaron de una especial velada.
Amigos y familiares colmaron a los ahora esposos de sinceras felicitaciones y muy buenos deseos en esta nueva etapa que apenas empiezan.
