“Quiero vivir, quiero seguir viviendo…aun me falta muchas cosas por hacer” fue lo primero que pensó Luz María Hernández Frausto, al encontrarse ante una de las noticias más difíciles de su vida;  el cáncer de mama.
Lily, como le dicen de cariño sus familiares y amigos, se describe como una mujer fuerte, deportista, quien toda su vida se dedicó a la docencia, y fue justo después de 30 años de servicio cuando se enteró que padecía de cáncer de mama.
Un día antes de que le diagnosticarán cáncer, Lily comenzó con un dolor en su brazo, pero no se alarmó ya que pensó que se debía al ejercicio “Siempre he hecho mucho ejercicio, pero al día siguiente cuando despierto me comenzó a doler el seno, y dije esto ya no me gustó, me hago la autoexploración y detectó la bolita, fue un llorar, en ese momento no quise decirle a mi esposo, me salí de la casa y me fuí con mis hermanas” recordó Hernández Frausto, quien después de la mastografía se enfrentó a lo que más temía, tenía cáncer.
Pasaron pocos días, para que Lily fuera operada y así comenzar con el cansado proceso de las quimioterapias.
Después de seis meses, la guerrera del cáncer logró comprender que fue la elegida de Dios, “Todo el tiempo de las quimioterapias fui muy mimada” compartió Lily.
El carácter fuerte de Lux María le ayudó a afrontar esa terrible noticia, pero el secreto para lograr superarlo fue e amor de sus hermanas y de su esposo, quienes en todo momento le demostraron su amor.
Durante todo el proceso, Lily no se deprimió, fue hasta que termino sus quimioterapias cuando cayó en depresión al decir “¡Dios mío, qué me pasó!”, aun así ella tenía el firme deseo de seguir viva “Quiero vivir, quiero seguir viviendo…siento que aun me quedan muchas cosas por hacer”.
Para Lily el cáncer le cambio la vida, o como ella lo afirma, había un antes y un después de esta enfermedad “Antes estaba un poco soberbia, pensando que era la maravilla del mundo, eso ocasionaba problemas con mi marido, quizá si no hubiera tenido cáncer yo ya no estaría con mi marido, cuando inicie este proceso dije estoy mal tengo que cambiar, después del proceso comencé con la terapia y eso me ha ayudado a ver todos mis defectos”.
Hoy la misión de Lily es ayudar a las mujeres que pasan por este difícil momento, además en cada busca la manera de invitarlas a que se autoexploren.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *