En León hay afición para todo… lo que falta es dinero.
El beisbol, el basquetbol y el voleibol carecen de un escaparate profesional donde lucir, como lo tiene el futbol en la ciudad. Es por eso que la presencia profesional de estos deportes en la ciudad es esporádica y en muchos casos queda sólo en añoranza.
Hay quienes mantienen la esperanza y pretenden hacer regresar alguna franquicia para satisfacción de los románticos que quisieran tener un equipo por el cual desvivirse que no sea el Club León.
Caso reciente el de Titánicos, que sustituyó a los Lechugueros, la franquicia por excelencia del basquetbol leonés, pero a la que la cartera ya no le alcanzó para sostenerse y desapareció, dejando a León sin cuadro profesional de este deporte por primera vez en 10 años.
“Las razones son obvias: el dinero no alcanzó”, acepta Jesús Cano, director de los Titánicos de León. “Pero estaremos trabajando, como ya lo dimos a conocer, para llegar a la siguiente temporada”, asegura.
En promedio, una franquicia como la de Titánicos tiene un costo de operación de cinco millones de pesos por temporada. Esa cifra alcanzaría para una plantilla con poco renombre; armar un cuadro con figuras nacionales y que dispute el título de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) puede costar hasta 20 millones de pesos por temporada.
“Ahora la crisis que está viviendo el basquetbol nacional es porque no hay recursos, los equipos que se quedan en la Liga es porque cuentan con un subsidio del gobierno y está involucrada la iniciativa privada, situación que en León y en el Estado no se tiene”, asegura Arturo Guerrero, ex jugador de Lechugueros.
La próxima campaña de la LNBP arrancará con apenas una docena de equipos, 40 por ciento menos que en la temporada anterior. La mayoría de los cuadros que se retiraron tienen las mismas razones que los Titánicos: no hay dinero.
La clave, naturalmente, es de dónde obtener los recursos. Titánicos, por ejemplo, requería alrededor de 20 mil pesos por juego como local, sólo para “abrir” el Domo de al Feria. El 60 por ciento de ese dinero se gastaba en la renta de la cancha y el resto en el pago a los árbitros.
Para tener el dinero de regreso, los leoneses necesitaban vender al menos 200 boletos de 100 pesos cada uno, pero esa cantidad de entradas, que parece minúscula, pocas veces se alcanzaba.
Para cubrir los sueldos de la plantilla, el apoyo debía llegar desde patrocinadores, la mayoría locales, pero también escasearon. Acremex, que durante casi diez años fue el anunciante principal de Lechugueros, retiró su inversión hace un par de campañas y ni esa franquicia, ni la de Titánicos pudieron reponerse.
Para colmo, la gran mayoría de los contratos con los jugadores se negocian en dólares y las alzas recientes “golpearon” a varios equipos hasta impedirles jugar.
Un diamante con obstáculos
Durante varios años, los Bravos de León encendieron el diamante del estadio Domingo Santana. Hoy seguir en ese estadio y mantener una franquicia de beisbol profesional es una misión imposible.
“Esto es sencillo: en la ciudad no hay apoyo para revivir o tener beisbol profesional, no está la estructura correcta, es decir, el estadio no es apto y el apoyo del gobierno no sustenta, es más, ni siquiera están abiertos a dialogar. Por ahora las condiciones no están bien”, explicó Mauricio Martínez, empresario y promotor de este deporte en León.
En el plano profesional, el Rey de los Deportes comenzó en la ciudad en 1978, cuando los Cachorros de León llegaron desde Tampico con el nombre de Alijadores. El equipo tuvo transformaciones hasta llamarse Bravos de León y en 1991 tuvieron su última temporada.
En 2011, Mauricio Martínez encabezó la intentona para traer una nueva escuadra, pero diferencias con la autoridades municipales cortaron el proyecto.
“Pasa una revolución en el beisbol de México, se está invirtiendo en este deporte porque es muy redituable, hay afición en León para mantener algo como lo que se hace en otros estados, donde remodelan y construyen estadios”, asegura Mauricio.
Una franquicia de la Liga Mexicana de Beisbol se cotiza alto. Sólo los derechos y el nombre pueden costar dos millones y mantenerla durante un año requiere al menos 15 millones más.
Esto sin contar el mantenimiento del estadio, pues en León se debe pagar la renta del Domingo Santana. Abrir ese diamante para un partido de este tipo costaría hasta 150 mil pesos.
Esperanza en el voleibol
Pero mientras otros ven su penoso rezago y olvido por parte de su afición, hay deportes que surgen con la finalidad de enganchar a los espectadores, caso reciente del Virtus GTO, equipo profesional de voleibol que logró quedar en postemporada en su campaña de debut dentro de la Liga Mexicana de Voleibol.
“El equipo surge con la necesidad de hacer que el talento siga en la ciudad de forma profesional, porque muchos jugadores tienen que irse del estado para poder jugar y con este equipo hay oportunidad de un programa de trabajo como lo hay en Europa”, dice Lorenzo Malagutti, entrenador y director del equipo.
Jorge Quiñoñes es un voleibolista profesional que debido a la poca oportunidad de este deporte en el país, viajó a Bélgica, donde la estructura de partidos y federación es muy similar a la del futbol meixcano, por lo que el vivir de este deporte allá es factible.
“En el caso del Virtus, apenas comienza el equipo, pero seguiremos trabajando para que se pueda sustentar y lograr campeonatos, porque hay mucho talento que no se explota y vivir a la sombra del futbol no siempre es lo mejor”, asegura el voleibolista leonés, quien entrena para conseguir el pase Olímpico a Río de Janeiro 2016.
La manutención del equipo durante un año cuesta alrededor de un millón de pesos y por el momento el Estado de Guanajuato apoya con una parte de esta cifra. Juegan como locales en el Tecnológico de León.
‘Desaparecen’a Curtidores
El nombre del mítico equipo de Unión de Curtidores ha estado en disputa en los últimos años, si a eso se le agrega la falta de presupuesto que tuvo la última escuadra que militó en una división profesional bajo dicho registro, resulta algo catastrófico.
El empresario leonés Rafa Flores apostó por un proyecto juvenil en la Liga Premier de la segunda división que tuvo varias etapas. Lo más destacado de la institución cuerera fue llegar a dos finales de torneo, una ante Ballenas Galeana que perdió bajo el mando de Ricardo Rayas y otra más con Alberto Coyote como técnico ante Coatzacoalcos.
En 2013 y bajo la consigna de falta de presupuesto, la franquicia de Curtidores desapareció.
Los “fugaces”que se quedaron
La excepción del deporte profesional leonés la hacen los eventos de máximo una semana de duración. León es conocido, por ejemplo, por su deporte automotor, con etapas de los Mundiales de Rally (desde 2004) y de Motocross (desde 2014). Además, la ciudad tiene una fosa de clavados de nivel mundial, sede del Gran Prix Mundial y del selectivo nacional en este año.
León
Futbol: Club León
Voleibol: Virtus GTO
Basquetbol: Sin equipo
Beisbol: Sin equipo
Guadalajara
Futbol:Atlas, Chivas y UdeG
Beisbol:Charros de Jalisco
Basquetbol: Sin equipo
Querétaro
Futbol: Gallos Blancos
Voleibol: NposterG
Beisbol: Sin equipo
Basquetbol: Sin equipo
Puebla
Futbol: Puebla FC y Lobos BUAP
Beisbol: Pericos de Puebla
Basquetbol: Sin equipo
Aguascalientes
Futbol: Necaxa
Beisbol: Rieleros de Aguscalientes
Baloncesto: Panteras de Aguscalientes
