El flamazo del jueves en la Central de Abastos duró 72 segundos.
“Esto fue un infierno”, describió, mientras observaba un video, Martín Mojica Orozco, líder de los locatarios de la Central de Abastos.
En los videos quedó el testimonio de la tragedia, provocada aparentemente por un error, pues el operador de la pipa abrió la llave del gas antes de que la manguera estuviera conectada al tanque estacionario.
Ayer, en Salamanca, falleció la primera víctima que resultó con graves quemaduras tras el flamazo.
Señalan error humano
El infierno en la menudería “La Costumbre” en la Central de Abastos, duró un minuto 12 segundos.
Locatarios aseguraron que la tragedia, que cobró ya la vida del trabajador Osvaldo Daniel Moreno, se debió a un error de los despachadores.
A las 10:50 de la mañana llegó la pipa de la empresa Ultra Gas León para surtir combustible.
Dos de las 200 cámaras de la Central de Abastos captaron el momento preciso del flamazo.
En los videos se observa cuando la pipa se echa de reversa y cuando los dos tripulantes se bajan para hacer maniobras.
En el negocio estaban los propietarios, Alejandra Angélica Castillo Muñoz y su esposo Roberto Jiménez, además de su hijo Santiago; sus empleados, Osvaldo Daniel Moreno, el despachador del menudo, y Catalina Carranza, encargada de preparar las tortillas.
Alejandra Angélica relató a sus familiares que vio cuando uno de los operadores de la pipa colocó la escalera para subir a la azotea, donde estaba el tanque estacionario, mientras el otro se quedó para abrir el combustible.
Las cámaras de video marcan que a las 10:59 horas de la mañana cuando se dio el flamazo que duró 72 segundos, pero una eternidad para las víctimas.
“Esto fue un infierno que duró unos cuántos segundos. Los videos y testimonios señalan que esto se debió a un error humano. El operador que se quedó abajo abrió la llave del gas antes de que estuviera conectada la manguera al tanque”, dijo el presidente de la Unión de Locatarios de la Central de Abastos, Martín Mojica Orozco, mientras observaba el video.
El administrador de la Central de Abastos, Salvador Padilla, consideró que la tragedia se debió a un descuido del personal de la gasera que no tuvo precaución.
“Esto fue el infierno. En pocos segundos el fuego salió a gran presión. Era como un gran soplete de fuego, y en el local las víctimas”, señaló.
Testigos aseguraron que el operador cerró la llave del gas de la pipa, y con esto evitó una tragedia mayor.
Los dos operadores salieron corriendo en medio de una nube de humo. Luego regresaron por sus objetos personales, para escapar.
Uno de ellos se fue por el frente del local y fue detenido por un comerciante, el otro huyó por la parte posterior, por un corredor que da al bulevar Hermanos Aldama.
El trabajador detenido fue obligado a regresar para que sacara la pipa del lugar.
En el video se observa cómo retira la pipa y la estaciona frente a la capilla. Ahí fue entregado a las autoridades policiacas.
“Fueron segundos que se hicieron eternos. La gente corría de un lado a otro en medio de una nube de humo negro. Había personas que pedían ayuda”, dijo el comerciante Misael Rocha.
Una de las cámaras captó el momento en que salieron corriendo dos clientes del negocio, dos peregrinos ciclistas que se dirigían a San Juan de los Lagos, así como el dueño del negocio, Roberto Jiménez, con la ropa hecha jirones y quemaduras en la mayor parte del cuerpo.
Minutos después de las 11 de la mañana comenzaron a llegar los cuerpos de auxilio, mientras todo era confusión y caos.
Un zumbido… luego humo
Los gritos de ayuda y las heridas de las víctimas del flamazo en la menudería de la Central de Abastos quedarán por siempre grabados en la mente de los testigos.
Comerciantes platicaron que vieron a personas envueltas en llamas tirándose al piso, para apagar el fuego que las abrasaba.
“En el lugar se escuchó un zumbido, después vi mucho humo”, contó Luis, de 21 años, empleado de una bodega que se encuentra frente a la menudería.
Allí, dijo el joven, entró un hombre para pedir que lo ayudaran, por lo que tomó un extintor para apagar las llamas,
“Vi gente que se tiraba al piso con desesperación para que las llamas ya no los quemaran”, aseguró,
La solidaridad de los comerciantes fue de gran ayuda, ya que los socorristas estaban atorados en el tráfico del bulevar Hermanos Aldama.
“Yo me quité el mandil y apagué el fuego de algunos que estaban en el suelo gritando ayuda”, platicó Victor Pérez, de 40 años, vendedor de tacos en un local cercano a la menudería donde ocurrió la tragedia.
Otro testigo, que prefirió omitir su nombre, platicó que él y otros tres comerciantes tomaron los extintores de sus negocios para apagar el fuego.
Mientras que algunos clientes, empleados y peregrinos que estaban por la zona corrían desesperados hacia afuera de la Central de Abastos.
“Mis clientes salieron de la taquería para salvarse y no resultar quemados”, platicó el empleado de una fonda.
Buscan a despachador de gas
El ayudante del despachador de gas, Víctor, de 50 años, quedó bajo investigación de la Procuraduría General de Justicia.
Israel, de 38, el conductor de la pipa, continúa prófugo pero la PGJ trabaja coordinadamente con la empresa Ultra Gas para localizarlo.
El fugitivo tuvo comunicación con el representante legal de su empresa, a quien llamó a pocos minutos después del flamazo que cobró la vida de un hombre.
El trabajador de la gasera escapó cuando todavía estaban las llamas, tomó sus pertenencias del camión y se escondió de los testigos para evitar que lo retuvieran.
“Le refirió que habían tenido un accidente, que él se encontraba bien pero no daría su ubicación por ahora”, dijo el subprocurador de Justicia, Joel Romo Lozano.
La Policía Ministerial y la empresa de gas mantienen comunicación para ubicar al segundo presunto responsable de la muerte de Osvaldo Daniel Moreno Pérez y por las lesiones de 14 personas más.
“Se tiene que proceder legalmente contra ambos”, dijo Joel Romo Lozano, Subprocurador de Justicia en León.
