“¿Y Sixto dónde está?”, esa era la pregunta que lanzaban los vecinos de la colonia Josefa Ortiz de Dominguez, refiriendose al alcalde Sixto Zetina Soto, después que a causa de la falta de mantenimiento al drenaje de la colonia y la lluvia presentada el lunes, tuvieron una inundación importante en sus calles y casas.
El desvelo no fue suficiente incomodidad para los habitantes de esta colonia, sino el darse cuanta que a pesar de sus esfuerzos el agua sólo comenzó a disminuir hasta casi las 6 de la mañana de ayer, “porque el problema fue el drenaje, no la lluvia”, señalaron los vecinos.
La limpieza de las casas fue la tarea más importante que tuvieron que hacer los colonos de la Josefa Ortiz de Domínguez, pues en algunas de ellas el agua subió hasta el medio metro, lo lamentable, dicen, fue que el agua era de drenaje.
“Los de Japami estuvieron toda la noche bombeando el agua, pero fue hasta en la mañana cuando ya se termino de bajar el agua, pero es muy malo que sucedan estas inundaciones”, comentó la señora Guadalupe Saldaña una de las afectadas por la lluvias del lunes por la noche.
A pesar de que el cárcamo de la colonia, funcionó toda la noche según dijo personal de Japami, el agua tuvo una elevación importante, tan así que la primaria Francisco González Bocanegra tuvo agua en 2 de sus aulas, donde los padres de familia prefirieron no dejarlos a que estuvieran entre el agua.
Desde las primeras horas de la mañana los trabajos de las familias por sacar el agua de sus casas fue importante, algunos tuvieron que ausentarse de sus trabajos para ayudar en sus domicilios.
Como todo, para las autoridades la lluvia sólo dejo encharcamientos en la colonias, sin embargo para los vecinos de la Josefa Ortiz de Domínguez esto no fue realidad, pues el agua les alcanzo hasta sus cocinas.
Por ello aseguran que el propio presidente de la ciudad (Sixto Zetina Soto) debe ensuciarse sus zapatos y visitar estos lugares cuando está la lluvia, para que observe el nivel de agua al que llega en este lugar.
Entre el lodo y el olor pestilente que despedían las calles, los habitantes de esta colonia tuvieron un martes pesado, ya que debieron ellos limpiar sus casas y esperar que las siguientes lluvias ya no les cause problemas en sus viviendas.
