La puerta que se le abrió en Chivas y la posibilidad de crecer, bastaron para motivar a Edwin Hernández a tomar una de las decisiones más complicadas de su carrera: cortar el cordón umbilical y despedirse de León, equipo en el que sin embargo, quisiera retirarse.
No es un adiós, sino un hasta luego, aseguró hoy por la mañana el defensa esmeralda; y es que si bien no formó parte de las evaluaciones físicas que Alejandro Richino dirigió en Casa Club para el resto del plantel, acudió a esas instalaciones donde tantas veces entrenó, para despedirse de sus compañeros.
Con sentimientos encontrados, así se dijo el “Aris” en entrevista y así también se notó; pues aunque en anteriores ocasiones había deseado salir de la institución, no esperó que el cuadro rojiblanco consiguiera contratarlo en esta ocasión.
“No me esperaba el cambio pero sí lo presentía, llegó de último momento pero sí me emocioné porque también era algo que yo había querido. Voy a uno de los equipos más grandes de México pero tengo sentimientos encontrados porque León es una plaza de la que nunca me hubiera gustado salir”, señaló.
Y es que más que un grupo de jugadores, León -en palabras de Hernández- se convirtió en una familia que no quisiera abandonar; sin embargo aceptó que como nuevo jugador de Chivas, al menos en lo personal, también saldrá ganando.
“No me estoy despidiendo porque sé que voy a regresar, estoy contento por el cambio pero sí siento feo porque tengo cuatro años con mis compañeros y hemos formado una gran familia. En lo personal, yo gano mucho con este cambio, era algo que necesitaba y tengo que aprovecharlo”.
El hidalguense señaló que por ahora, su pase a Chivas se realizará sólo en calidad de préstamo durante el próximo año, aunque desconoce si al término del mismo podría surgir la opción de compra.

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