Marcada con la señal de la cruz, María Fernanda Gómez Alencaster ingresó en brazos de sus papás Fernando Gómez y Tania Alencaster a la parroquia de Santa Margarita, recinto elegido para contraer el sacramento del bautizo.
Conscientes de la obligación que contraen al pedir el bautismo para su hija, los señores Gómez Alencaster prometieron estar siempre pendientes de la educación espiritual de su heredera.
Brenda Pérez y José Luis Méndez, dispuestos a ayudar a los padres de María Fernanda, aceptaron el compromiso de convertirse en padrinos de la bautizada.
Convertida en hija de Dios, los señores Fernando y Tania ofrecieron una especial recepción en los jardines de San Antonio de Ayala.
Al lugar arribaron amigos y familiares de los anfitriones, quienes de manera personal agradecieron su presencia.
