Candelaria Ramírez, de 36 años de edad, no duerme tranquila desde hace más de tres meses que su casa quedó cuarteada a causa de la inundación registrada en el fraccionamiento Rinconada de los Fresnos el pasado 18 de julio.
Su domicilio se encuentra ubicado en la calle San Judas Tadeo, una de las zonas que se vio más afectada, donde el agua superó el metro de altura.
En su casa como en la de varios vecinos, se observan los estragos que dejó la contingencia.
Sillones y muebles en mal estado, pero sobre todo aún abundan los costales de arena que la gente no ha retirado de los patios de su casa, pues a decir de la señora Candelaria no los quitan porque cada vez que llueve sienten temor de que el agua se filtre de nuevo a sus casas.
Por ello cuando explicó, “cuando llueve colocamos como protección en la puerta de la casa nuevamente los costales y así es el cuento de nunca acabar”, dijo la mujer.
Candelaria asegura que las autoridades no les han cumplido con todo los aspectos que se comprometieron luego de ser víctimas de la inundación.
“No nos cumplieron, vino la Comevi, levantó el censo, pero las casa siguen cuarteadas, nos dicen que eso no entra en la parte del seguro, las autoridades nos prometieron más estabilidad aquí y sólo la tuvimos unos cuantos días”.
Agregó “El primer mes, como quedaron la vigilancia sí estuvo día y noche, las bombas estuvieron funcionando, en las últimas lluvias hubo encharcamiento de las calles, pero ya no subió hasta las casa, ya es un poquito más estable lo de las inundaciones”.
Reveló que les prometieron servicio de limpia para quitar la maleza del terreno frente a casa y no se hizo.
