Ante el altar de la parroquia de la Virgen de los Pobres, Jessica Aguilar y Enrique González juraron amarse por el resto de sus vidas, teniendo como testigos a sus padres, amigos, familiares y al Creador.
Desde su llegada al templo, los rostros de ambos reflejaban demasiado amor al saber que en minutos su noviazgo pasaría a ser una nueva vida llena de compromiso, comunicación y fortalezas.
Para acompañarlos en tan emotivo momento estuvieron, Guillermo Aguilar y María de los Ángeles López, padres de Jessica así como Enrique González y Verónica Mancera, padres de Enrique.
La novia fue llevada del brazo de su padre al altar, pidiéndole al prometido que cuidará de ella, la amará y la respetará ahora que se convertiría en su esposa; la unión la presenciaron familiares y amistades cercanas a los enamorados, y para celebrar todos se trasladaron al salón Palma Real.
