La reforma hacendaria debería estar basada en una verdadera política de Estado, en la que se impulse a la mayoría y no a una minoría.
Emigdio Archundia, doctor en Ciencias Administrativas y catedrático de la Universidad de Guanajuato, señaló que sería conveniente que aumentaran los impuestos, siempre y cuando se reflejen los resultados en que haya más obras, programas sociales, proyectos.
Y consideró que en la propuesta del Presidente faltó que se obligue a los empresarios a pagar sus impuestos, por ejemplo, en el caso del IVA a las colegiaturas se le “pega” al padre de familia, pero no al dueño de la escuela.
“Se va a cobrar el IVA a las escuelas privadas, de entrada le vas a dar un golpe a la educación, le estás pegando al padre de familia, pero resulta que no le estás aplicando lo mismo a los titulares de las escuelas. Es importante que el empresario pague sus impuestos, pero queda en un régimen preferencial en el que puede hacer donativos y por ello las instituciones educativas son un negocio”, señaló.
Para Archundia fue un “revés” que se cobre el IVA a la educación. Y también un desacierto que no se gravarán los alimentos y medicinas con lo cual se hubieran recaudado unos 200 mil millones de pesos.
“En el área de alimentos hay empresas que tienen deducciones enormes de IVA, que no gravan sus productos pero sí pagan IVA en todos sus gastos, teléfono, luz, mercancía y piden devoluciones porque queda un saldo a favor y es una enorme cantidad, todas estas empresas que no tienen deducciones pues el Gobierno se queda sin percibirlo y por el contrario le pegas en donde no le tienes que pegar, que en lugar de gravarlo, hay que incentivarlo, y si quieres grabarlo, grábale a quien maneja la institución”, señaló.
Emigdio Archundia, quien también es coordinador del cuerpo académico y entorno tributario y cultura fiscal de la Universidad de Guanajuato, mencionó que se propone un nuevo modelo fiscal que ayude al Gobierno federal el solventar las necesidades, sin embargo, era de esperarse una reforma que complemente la reforma financiera, la educativa, y la reforma energética.
Con esta reforma se estaría afectando principalmente a la clase media, donde entra un 30% de la población, sobre todo a aquellos que ganan de unos 15 mil a 40 mil pesos mensuales.
Algunos de los puntos buenos es el seguro contra el desempleo y garantizar la seguridad universal son buenos puntos, sin embargo, se interpretan como medidas populistas.
Otra cuestión positiva es la derogación del IETU y del IDE.
Señaló que los grandes cambios se manejan con un gran conocimiento de la problemática y con soluciones reales, por ejemplo, para resolver el problema de la obesidad no sucederá con el incremento de los impuestos sino con una política pública real y cambiar la educación de las personas.
Y ante la reforma ya no queda otra más que las personas se preparen, se administren y trabajen por México.
“Se necesita un plan de acción, tienes que administrarte, hacer un análisis”, recomendó.
