El Gobierno de Guanajuato compró a sobreprecio equipos de detección de drogas y explosivos, que resultaron ser un fraude.
El pago por los equipos fue de casi 5 millones de pesos.
Por cada equipo se pagaron entre 400 mil y 464 mil pesos, a pesar de que la Secretaría de la Defensa Nacional determinó un precio unitario de sólo 286 mil pesos.
Las compras fueron realizadas entre 2010 y 2011 a la empresa capitalina Segtec, S.A., que es representante en México de la compañía británica Global Technical, LTD, fabricante de los detectores moleculares.
La empresa distribuidora fue creada en marzo de 2003 con un capital de 50 mil pesos y en su acta constitutiva aparecen como socios fundadores Aurora y Hugo Jorge Fernández Solar.
En Guanajuato, la empresa está en el padrón de proveedores desde el año 2006.
La compra
En diciembre de 2009, el entonces secretario de Seguridad Pública de Guanajuato, Baltazar Vilches, anunció la compra de cinco equipos GT-200 (Global Technical Model 200), a un costo de 2 millones 323 mil pesos (aproximadamente 464 mil pesos cada uno).
En 2010, el Gobierno de Guanajuato realizó una segunda adquisición de equipos de detección molecular por un monto de 1 millón 993 mil pesos a la empresa Segtec, S.A., según detalla el contrato por adjudicación directa 9100000394.
La misma empresa surtió a la SSP estatal más detectores de drogas portátiles en 2011, según consta en el contrato 4530001631, que ampara el pago de 912 mil 456 pesos.
De acuerdo con un análisis elaborado por integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias, los gobiernos de Guanajuato, Chiapas y Colima pagaron a precio caro los equipos de detección molecular.
Las secretarías de Seguridad de Chiapas y de Guanajuato pagaron cada una 2 millones 323 mil pesos por cinco equipos (en promedio 464 mil pesos por cada detector).
El mayor sobreprecio lo pagó el Consejo Estatal de Seguridad de Colima, pues por tres equipos desembolsó 1 millón 749 mil pesos (en promedio 583 mil por pieza).
En respuesta a una solicitud de información, la Secretaría de la Defensa Nacional aseguró que cada equipo adquirido por esa dependencia tuvo un costo de 286 mil 740 pesos, es decir, 62% menos que lo que pagó el Gobierno de Guanajuato y 100% menos que el desembolso que realizaron las autoridades de Colima.
Petróleos Mexicanos también compró equipos caros, pues pagó 18 millones 232 mil pesos por 54 detectores (337 mil cada uno).
El proveedor tanto del Gobierno federal como de los estados fue el mismo: Segtec, S.A., empresa creada en 2003 en la Ciudad de México, dedicada a la distribución de equipos de seguridad.
Inversión a la basura
Cuando se adquirieron los primeros equipos, el entonces secretario de Seguridad del Estado, Baltazar Vilches, presumió que Guanajuato se colocaba a la vanguardia en la adquisición de tecnología.
“Cada una de las Bases de Operación de las Fuerzas de Seguridad Pública contará con un equipo de detección molecular, que será utilizado en los operativos itinerantes”, anunció en diciembre de 2009.
“Con este equipo, la Secretaría de Seguridad Pública se pone a la vanguardia tecnológica en el combate a la delincuencia y en la portación de armamento y sustancias nocivas para la salud”.
Según el comunicado difundido en aquella ocasión, los equipos tenían capacidad de detectar “más de 300 sustancias y objetos diferentes”, entre drogas, armas, cartuchos, dinero y tabaco.
“Esta tecnología fue desarrollada por el Gobierno británico y el Servicio Aéreo Especial (SAS, por sus siglas en inglés), la cual, mediante un sensor de campos magnéticos, detecta la firma electrónica molecular de sustancias”, mencionaba el comunicado.
Sin embargo, el Gobierno británico se ha deslindado del desarrollo de esos equipos.
Incluso, los dueños de la empresa son enjuiciados en una Corte de Londres, acusados de fraude por la venta de detectores.
“El equipo no es nada más que una caja con un mango y una antena pegada”, determinó el juez, según reportó la agencia Court News UK.
La Academia Mexicana de Ciencias y la Comisión Nacional de Derechos Humanos también han desacreditado el uso de los equipos GT-200, al calificarlos como “un fraude”.
Prohibido en Iraq
El detector “es un equipo más fraudulento que fiable”, determinó la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la recomendación 19-2011.
En dicha recomendación, cuestiona la confiabilidad del equipo como medio para detectar drogas y explosivos, en las investigaciones y operativos realizados por las Fuerzas Armadas.
“La utilización de un instrumento similar de detección de bombas y explosivos, el ADE651, ha provocado pronunciamientos del Gobierno de la Gran Bretaña quien ha prohibido la exportación de este instrumento a Iraq y Afganistán, con el objeto de proteger a sus soldados, dado que han sido probados como instrumentos poco eficaces”, alertó la CNDH.
“Resulta preocupante que a partir de los resultados de este instrumento, los servidores públicos de las Fuerzas Armadas incursionen arbitrariamente en los domicilios de las personas sin mandamiento de autoridad judicial, justificando su actuación en la flagrancia. Es de la opinión de esta Comisión que el solo hecho de que sea utilizado, independientemente de su efectividad o no, vulnera el derecho a la inviolabilidad del domicilio”.
La CNDH documentó que a partir de que se empezó a usar el detector GT-200, se incrementaron los cateos ilegales a domicilios.
En 2007 hubo sólo 393 quejas de cateos ilegales y en 2008 -que es cuando se empezó a utilizar el detector- las denuncias sumaron 947.
La recomendación a las autoridades fue que se deben evitar cateos en base a lo que indica el detector.
No sirve: conclusiónde estudio científico
Un peritaje realizado por la Academia Mexicana de Ciencias demostró que el detector no es confiable.
El científico Alejandro Frank Hoetlich tomó una radiografía al equipo GT200, donde se aprecia que su interior está vacío y no cuenta con ningún dispositivo especial.
El interior sólo tiene un pequeño foco que ilumina una pantalla y una antena.
“Hay motivos para sospechar que la antena del GT-200 se mueve de acuerdo a los deseos, conscientes o no, de su operador, respondiendo a pequeños movimientos de su mano, los cuales proporcionarían suficiente energía”, expuso el científico Luis Mochán Backal, del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM, en un análisis solicitado por el Senado de la República.
Mencionó que en una prueba realizada en Tailandia sólo se detectaron explosivos ocultos en una caja, sólo en cuatro de 20 pruebas.
La Academia de Ciencias hizo una prueba similar en México y sólo se tuvieron tres aciertos de 20 intentos.
La Secretaría de la Defensa Nacional se ha negado a someter el detector a pruebas científicas, con el argumento de que hay un acuerdo de confidencialidad firmado con la empresa proveedora.
De acuerdo con información recabada por la Academia de Ciencias, los gobiernos federal y de los estados adquirieron casi mil detectores, que representaron un gasto de 343 millones de pesos.
Tan sólo el Ejército gastó 272 millones en 742 equipos “fraudulentos”.

Los usabanen operativos

El detector molecular era utilizado en operativos de vigilancia en colonias conflictivas, como San Juan Bosco, Piletas y Echeveste.
Con el auxilio de ese aparato se detuvo a sospechosos de portación de drogas.
En agosto de 2011, el alcalde Ricardo Sheffield expresó su intención de adquirir un detector, porque el que utilizaban en los operativos se los prestaba el Ejército y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
“Queremos, por el tamaño de la ciudad, tener nuestro propio equipo detector molecular con el personal capacitado, porque debe de adquirirse el equipo junto con la capacitación especializada que lleva”.
En un boletín difundido aquella ocasión, Sheffield defendió el uso del equipo.
“Este aparato nos ha permitido en muchas ocasiones resolver problemas de seguridad, porque detecta explosivos y drogas a distancia sin necesidad de hacer una visita física en un domicilio”.
A nivel estatal, el detector se utilizaba en los puntos de revisión que se colocaban en los accesos carreteros.
En esos operativos se arrestaba a personas de todas las edades que eran señaladas por la antena del detector.
En febrero de 2010, dos menores fueron arrestados porque llevaban una hierba que el detector reportó podría ser droga.

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