Las enfermedades infecciosas son la primera causa de mortalidad en adultos mayores, principalmente por enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, las enfermedades del corazón, hipertensión arterial y el cáncer, que se encuentran dentro de las primeras cinco causas de muerte en nuestro País.
Según datos de la Secretaría de Salud de Guanajuato, la diabetes es una enfermedad que va en ascenso acelerado, que afecta en mayor medida a adultos mayores de 50 años, y la prevalencia nacional de hipertensión es del 30.8%, con mayor incidencia en el 50% de los pacientes de más de 60 años.
La diabetes mellitus y la hipertensión arterial son las más frecuentes en este sector de la población, y son causantes de múltiples daños a los órganos internos del cuerpo y complicaciones que aceleran fallas de los diferentes sistemas corporales, con consecuencias fatales para quienes lo padecen.
La insuficiencia renal es otra de las enfermedades mortales, que se desarrolla con la mala alimentación y el estilo de vida sedentaria de las personas a lo largo de su vida, la mayoría de los pacientes llegan a necesitar con frecuencia trasplantes renales y diálisis.
La retinopatía diabética lleva a la ceguera, un pie diabético, que es la infección de uno de los pies y que en más del 35% de los pacientes terminan en amputación, neuropatía diabética que causa diversas sensaciones de comezón y ardor en la piel.
Asimismo en adultos a partir de los 50 años, la obesidad, y las dislipidemias que desarrollan padecimientos en cerebro y enfermedades cardiovasculares, son las principales enfermedades que atacan a este sector de la población.
La obesidad, como un problema de salud pública, ya que más del 30% de los adultos mayores tiene obesidad, lo que desencadena también enfermedades diabéticas y de hipertensión.
Por lo anterior, la Jurisdicción Sanitaria VI emitió recomendaciones a los adultos mayores para lograr la disminución de estas enfermedades mortales, como realizar actividad física diariamente, caminar, andar en bicicleta, trotar o hasta la práctica formal de un deporte.
Una alimentación rica en vegetales, tomar agua pura, reducir las grasas de origen animal y vegetal en los alimentos y crear hábitos alimenticios firmes con horarios establecidos.
