Continúan las inconformidades de la ciudadanía con respecto al maltrato que sufren los adultos mayores en el asilo de ancianos “Divina Providencia”, ahora son unos estudiantes de bachillerato quienes exponen su testimonio.
En el mes de noviembre del año pasado, los alumnos de nivel bachillerato de una escuela de la localidad, en su materia de Ética realizaron un proyecto con respecto a los valores y se dividieron en 3 grupos para atender las necesidades y compartir con los adultos mayores en los asilos de San Francisco del Rincón, Purísima y Manuel Doblado.
Expresan los estudiantes que las experiencias que compartieron con los ancianitos de Purísima del Rincón y Manuel Doblado fueron agradables y reconfortantes al saber que quienes se encargan de ellos tienen un trato amable, sutil y paciente. En el mismo sentido se habló de la alimentación, de los cuidados y las actividades que se les ponen a los ancianitos.
Caso muy diferente para quienes convivieron con los ancianos en el asilo de la ciudad, en donde a decir de estos estudiantes, el maltrato y la falta de atención era visible y desde entonces señalan que la comida decían los ancianos que era a base de arroz y frijoles, cosa que ellos constataron en una ocasión y que además a uno de los viejitos le licuaron la comida con agua, para darle de comer, pero sólo arroz y frijol.
Incluso, mencionan que hablando con una de las personas que viven en el asilo se percataron de que tenía en su bolsa de plástico papel de baño, dulces y yogur ya caducado y le dijeron que eso no se lo podía tomar, a lo que les respondió que mejor se lo tomaba así que quedarse con hambre, pues no les daban bien de comer y tiene que cuidar hasta su papel de baño y jabón pues se los roban.
Señalan los alumnos que ellos solicitaron el apoyo de algunos locatarios del mercado para llevar donación al asilo, y los propietarios manifestaron aportar carne, verduras, fruta, semillas y algunos incluso dinero en efectivo a la Madre que cada lunes pasa por sus donaciones. Lo que molestó a los alumnos, pues mientras que los ancianitos comen sólo arroz y frijoles, las madres y quienes laboran en el lugar sí disfrutan de otros alimentos más elaborados en la cocina del asilo, ya que ellos fueron testigos de eso.
Una de las alumnas, de nombre Marisol Trujillo, dice: “Nosotros llevamos seis cobertores, seis juegos de sábanas completos, medio costal de maíz y seis galones de cloro, cuando la Madre los vio se molestó porque las sábanas no eran como ella las quería, y lo peor es que al salir del asilo nos fuimos a hacer otras cosas y coincidió que vimos a dos personas que trabajan ahí y ya llevaban el maíz que les acabábamos de regalar y además se quejaron de que no llevamos el costal completo”.
Jonathan Martínez dice “yo vi claramente como a una ancianita una de las empleadas que puedo identificar, le dio a beber un té hirviendo y la tomó con fuerza de la quijada, presionándola para que abriera la boca y así, caliente, le dejó ir la bebida”.
Otros alumnos de igual manera mencionan sus quejas entre las que dicen que los amarran, los discriminan, les quitan las cosas que les obsequian y les dan de jalones, dice Martha Torres: “Comparado con lo que se vio en los otros asilos, no existe un trato digno, incluso en Purísima hay una pareja de ancianitos que se fueron del asilo de San Francisco por el mal trato de la madre y en Purísima estaban muy contentos”.
Los estudiantes expresan su descontento una vez que se publicó la nota anterior al respecto y consideran que las autoridades correspondientes tienen que hacer algo por estas personas que son ciudadanos y antes que todo son seres humanos, resaltan los alumnos.
Este medio ofreció al Consejo Administrativo expresar su postura ante la situación y además de la declaración de la Secretaria del mismo, no se ha obtenido respuesta. Por otra parte, las personas que interpusieron una denuncia sobre los hechos, mencionan que siguen esperando que las autoridades investiguen el caso. Mientras tanto las manifestaciones de inconformidad se suman a esta causa.

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