Maltrato y olvido sufren adultos mayores en el asilo de ancianos “Divina Providencia”, según dice la denuncia #9627 presentada en el Ministerio Público.
“De un año a la fecha se han muerto ya cinco ancianos, Ceferina es una ancianita que está actualmente grave y hay otra abuelita que suplica que la dejen morir, esto por como los maltratan pues hasta los cachetean, les quitan su dinero, les queman su ropa e incluso su dieta básica está compuesta de chilaquiles, arroz y frijoles”, es parte de lo que declaran internos, ex internos, personal que ahí labora, y relata la denuncia.
La denuncia interpuesta el 14 de mayo (de acuerdo a copia de la averiguación que tiene AM) es contra quienes resulten responsables de tales agravios, ya que señalan que son varias las personas involucradas, y citan a la madre Raquel, la madre Chelo, a Lupe y a María de Jesús.
Entre los ejemplos de lo que ahí sucede mencionan el caso del señor Jaime, a quien dicen “le picó un alacrán y no fue atendido, no pudo salir de la habitación porque se cambiaron las chapas de las puertas de manera que sólo se pueden abrir por fuera. Así es que cuando quiso pedir ayuda le fue imposible y hasta el día siguiente lo atendieron, cuando el veneno del alacrán ya había hecho efecto”.
Otra persona fallecida fue la señora Teresita, quien dicen que tenía moretones en su cara a consecuencia de las bofetadas que recibía, o Carmelita, a quien sentaban en una silla junta a un árbol y la amarraban al mismo de alrededor de su pecho y de una mano.
Estas personas señalan que durante una visita una de las ancianitas decía que “sufre mucho, que le regalaron una bolsa para sus cosas y la madre Chelo se la quitó, que también le habían regalado unas cobijas y sólo le dejaron una, las otras se las llevó María de Jesús”.
También dicen que les quitan su dinero, y que algunas de las cosas que los donadores llevan al asilo, la madre se las lleva o que incluso ha llegado a realizar fiestas para sus familiares en el asilo.
“Los mismos dulces que les obsequian a los adultos mayores la madre abre una tienda dentro del asilo y les vende a los ancianitos los dulces que los donadores llevan como regalos”.
Dentro de las anomalías que se señalan, está el que a algunos ancianos los meten en costales para dormirlos, los atan del cuello con la jareta del costal y además les atraviesan una venda por debajo de la cama para que “no se caigan”, así duermen desde después de las 4 de la tarde a las 8 de la mañana del día siguiente.
“Cuando molestan mucho a la Madre, si están enfermos les da gotas para dormir, no sé qué contengan las gotas o cómo se llamen, pero luego luego los adormece”, denuncian.
Las autoridades competentes serán quienes determinen lo que sucederá con estos ancianitos, en tanto el alcalde de la ciudad Javier Casillas Saldaña, tiene conocimiento de esta denuncia, así como los miembros del consejo de administración desde hace tres meses y el Ministerio Público con la denuncia No. 9627.
Lo que se menciona en la denuncia es una inconformidad manifestada por unas de las ancianitas que viven en el asilo, además de que se consideró las declaraciones de otras personas que ya vivieron en el lugar y que prefirieron irse a continuar bajo esas circunstancias, de acuerdo a su declaración.
Es importante considerar, citan, que las personas que viven en el lugar tienen miedo de expresarse abiertamente pues se sienten amenazados.
Los actos que se mencionan en la denuncia son algunas de las inconformidades que declaran los abuelitos y quienes han conocido cómo funcionan las cosas dentro del asilo y son actos que las autoridades competentes tienen que investigar, una vez que no sean estas personas quienes sigan en el mando, pues de ser así se puede eliminar cualquier evidencia que apunte hacia las irregularidades cometidas, agregó un persona cercana a los ancianitos.
…Y madre lo niega
Ante las denuncias de algunas personas de la tercera edad que se encuentran internadas, familiares y hasta testimonios de empleados del asilo de ancianos “Divina Providencia A.C.” por el supuesto maltrato y atención indigna, la religiosa encargada de la institución declaró que el trato a los ancianos es respetuoso.
“Atendemos de la mejor forma a los abuelitos, pero muchas veces debemos hablar un poco más fuerte y firme porque a veces no quieren comer o tomar sus líquidos y luego se deshidratan, ellos vuelven a ser como niños”, así afirmó María Consuelo Herrera Herrera, encargada en turno -ya que la directora Raquel Elizondo Estrada se encuentra temporalmente fuera de la ciudad-.
Mencionó que si se les habla despacio no entienden, y que frecuentemente tienen que rogarles para que hagan caso de sus instrucciones, siempre encaminadas a mantenerlos en buen estado de salud. Que la dieta diaria se intenta ser balanceada y suministrada siempre en un horario fijo.
Explicó que las gotas que le suministró a uno de los ancianos se trata de Bonadoxina -una solución indicada para aliviar la profilaxis y el alivio sintomático de la náusea, vómito y el vértigo- y ya que presentaba esos signos, unos minutos después de haber recibido el medicamento, éste se quedó dormido.
“Ellos van a dormir a la hora que deciden, pero los ancianos que están en silla de ruedas los acostamos en su cama antes de las 5 de la tarde para que cambien su postura de estar sentados todo el día”, justificó.
La madre Consuelo lleva sirviendo en el asilo desde el mes de noviembre del año pasado, y desde entonces, dice, ha tenido que reprender constantemente a una de las empleadas por no cumplir responsablemente con el horario, “ya que en ocasiones llega de 15 a 35 minutos después de las 8 de la mañana, hora en que ya estamos bañando a los internos”, justificó, argumentando que como a nadie nos gusta ser regañado, posiblemente intenta crear un conflicto e involucrarlas en él.
Son 19 abuelitos que hasta hoy habitan en este asilo -12 mujeres y 7 hombres- y desde noviembre del 2012 se han tenido cinco fallecimientos. Hace algunos meses tomaron la decisión de entregar a sus familiares a una pareja, dado que el esposo había actuado de manera agresiva con los demás hombres, debido –a decir de la madre- a los celos que le causaba con sus compañeros.
En resumen, la representante del Asilo acepta que tienen carencias, a pesar de que cuentan con bienhechores y de actividades para recabar fondos; no obstante aseguró que el trato es adecuado y que hacen lo posible por atenderlos del mejor modo posible.
