“Lo que te va a dar el Gobierno te lo voy a dar yo”, decía don Emigdio a su hija Magdalena, cuando ella insistía en continuar con la profesión de docente en Valle de Santiago.
Ella es pionera en la educación preescolar en el municipio, construyó varios planteles en la zona rural y urbana.
A sus 63 años recuerda que las costumbres conservadoras de don Emigdio no le permitían desenvolverse con gran facilidad en los estudios: “La educación es para los hombres”.
Sin embargo con sus propios medios y a escondidas concluyó sus estudios en la Escuela Normal; en cierta ocasión acudió a Celaya donde vio el anuncio para capacitarse como educadora en el nivel preescolar que en ese entonces cuando ella tenía alrededor de 30 años, era muy escasa.
La capacitación fue muy intensa, Magdalena la concluyó y de manera automática fue asignada a Pastor Ortiz en Michoacán, pero ante la negativa de su padre para irse a otro estado, renunció.
Después Abel Solorio, jefe de sector en Valle de Santiago la orientó y ella insistió ante la Secretaría de Educación para recibir plaza en Guanajuato, finalmente se quedó en la comunidad Huarapo en Valle.
En el poblado había un cuartucho donde estudiaban más de 40 niños interrumpidos constantemente por las vacas y chivas que se metían porque no había pared en un lado.
Magdalena organizó una tardeada, los recursos obtenidos los canalizó para cercar el salón y finalmente después de un año quedó constituido el Jardín de Niños “José Joaquín Fernández de Lizardi”.
Después fundó el Preescolar “Enrique Rebsamen” que inició en la colonia Emiliano Zapata, después fue cambiado a la calle 5 de Mayo y Democracia.
