Araceli ya no recuerda cuándo fue la última vez que estrenó zapatos, todo el dinero ganado con sudor y esfuerzo como jornalera en los cultivos de pepino y maíz, lo invierte para comprar lo que haga falta a sus cinco hijos.
Araceli García Rojas, tiene 35 años, vive en la comunidad Ranchos Unidos, de Valle de Santiago, tiene 5 hijos de 17, 14, 10, 9 y 7 años de edad. El mayor de ellos trabaja de jornalero con ella.
Su esposo trabaja como campesino, ante la escasez y los pocos recursos que obtienen del sector agrícola, decidió irse a trabajar como las demás mujeres de su comunidad.
Durante un mes trabaja incansablemente casi todos los días en recoger pepino que posteriormente se empaca y exporta a una empresa en Estados Unidos.
Desde las 7 de la mañana hasta la 1 de la tarde, hace la misma actividad.
Debe mantenerse agachada para arrancar cada planta, recoger los pepinos y volver a plantarla; los pepinos los deposita en una cubeta que va cargando hasta que se llena y vacía en arpillas.
Al concluir su jornada, vuelve a su casa y atiende a su familia, es poco el descanso.

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