La reforma migratoria salió ayer airosa de su primera gran prueba en el Senado, donde fracasó una propuesta republicana que endurecía el plan original diseñado por la “banda de los ocho” al demorar la regularización de los 11 millones de inmigrantes indocumentados.
En una encendida discusión en la que México fue uno de los protagonistas, los 18 senadores del Comité Judicial del Senado llevaron el debate migratorio a la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México al comenzar a modificar el proyecto de ley.
Los senadores aprobaron 21 modificaciones, como la creación de la figura del ombudsman en la Secretaría de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés), o la extensión de los objetivos de seguridad a toda la frontera, y no sólo a los puntos de alto riesgo.
El debate más intenso ocurrió cuando se discutió una propuesta del senador republicano, Chuck Grassley, que modificaba el “gatillo” sobre seguridad fronteriza que abre la ruta a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados.
El proyecto original establece que la DHS debe presentar un plan y aplicarlo de manera sustancial sobre la seguridad fronteriza antes de otorgar estatus legal a los indocumentados.
La enmienda de Grassley exigía un control efectivo de las fronteras por seis meses y una aplicación total del plan antes de iniciar la regularización.
Uno de los miembros de la “banda de los ocho”, el demócrata Chuck Schummer, dijo que reclamar el control operativo total de toda la frontera sur es imposible.
En tanto que John Cornyn, de Texas, defendió la propuesta de Grassley al afirmar que era un tema de seguridad nacional.
Cornyn, el senador por Alabama, Jeff Sessions, y el senador por Carolina del Sur, Lindsay Graham, fueron las voces líderes de los republicanos, que se centraron en la seguridad en la frontera y el riesgo de que una nueva amnistía aliente la llegada de nuevos inmigrantes indocumentados.
El senador demócrata, Dick Durbin, recordó que la frontera nunca ha sido tan segura en los últimos 40 años como ahora, y que incluso se destinan más recursos al cumplimiento de leyes inmigratorias que a todas las otras agencias de seguridad federales.
Además, dijo que regularizar a los indocumentados permitiría elevar la seguridad nacional, lo que advirtió, sería demorado por la propuesta de Grassley.
Durante un momento, el debate giró en torno a México y Centroamérica.
Graham se preocupó por marcar las diferencias entre la frontera norte de Estados Unidos y la del sur: dijo que Canadá es un lugar donde la gente le gusta quedarse, y que las personas que llegan desde el sur viven en agujeros infernales.
“Creo que mi colega no quiere sugerir que aunque hay pobreza en México y algunas áreas pobres, es un agujero del infierno. Son buena gente, han logrado muchos progresos”, le corrigió Sessions.
“Yo no estaba calumniando a México, sólo a todos los lugares que la gente quiere salir de la razón que sea. Tienes razón, buen punto”, le respondió Graham.
Al final, Graham y Flake, los dos miembros republicanos de la “banda de los ocho” que pertenecen al Comité Judicial, se unieron a los diez demócratas y votaron en contra de la enmienda de Grassley, que, con 6 votos a favor y 12 en contra, se convirtió en el primer intento fallido por endurecer la reforma migratoria.
Cifras
PROYECTO
194
Modificaciones fueron presentadas
18
Enmiendas fueron aprobadas
4
Enmiendas fueron rechazadas
300
Enmiendas al proyecto de ley son las que se están debatiendo y sometiendo a votación
844
Páginas contiene el proyecto de ley elaborado por un grupo bipartidista de ocho senadores
18
Personas integran el Comité Judicial, el cual es controlado por demócratas
Confía Napolitano en proyecto de ley
La reforma migratoria aún no ha sido aprobada por el Congreso de Estados Unidos ni firmada por el presidente Barack Obama, pero el Departamento de Seguridad Interior (DHS, según sus siglas en inglés) ya se prepara para su implementación, que, afirman, mejorará la seguridad.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, dijo, durante la 43 Conferencia Anual del Consejo de las Américas, que el proyecto de ley de reforma migratoria mejora la seguridad del sistema de inmigración, crea un mejor sistema de visas y le permite al Gobierno utilizar mejor los recursos.
“Podemos centrarnos más en los narcotraficantes y traficantes de personas que están tratando de explotar la frontera”, afirmó Napolitano.
Por su parte, el vicepresidente Joe Biden brindó un discurso en el que dijo que este es el momento de construir una asociación con el resto del continente sustentada en la economía, en sintonía con el mensaje que dejó en su gira regional el Presidente.
Biden destacó que ahora hay 225 millones de personas que pertenecen a la clase media en la región, y se preocupó por resaltar que la democracia no prospera donde no hay crecimiento económico.
Respaldan conservadores medida
Gracias a los esfuerzos del senador republicano Marco Rubio, más de dos decenas de líderes conservadores de EU firmaron y divulgaron ayer una declaración en la que apoyan el proyecto de reforma migratoria bipartidista.
“Simplemente oponerse a la reforma de inmigración no debería ser la respuesta conservadora a este problema”, dijeron los funcionarios en una declaración conjunta divulgada ayer.
“Creemos que los conservadores deberían ser quienes encabecen el camino en este asunto al dar su respaldo a la ley que contiene principios conservadores’’.
Entre los firmantes figuran Fred Malek, presidente del Foro de Acción Estadounidense; Ralph Reed, presidente de Coalición de Fe y Libertad; Paul Wolfowitz, académico del Instituto Estadounidense de la Empresa; Mat Staver, presidente y fundador del Consejo de la Libertad y Lawson Bader, presidente del Instituto de la Empresa Competitiva.
