El 21 de febrero de este año, los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de Guanajuato, presentaron la iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia en el Congreso del Estado de Guanajuato.
Érika Lorena Arroyo Bello, diputada por el PRI en el Congreso local, en representación del grupo parlamentario de su partido, presentó la iniciativa y aseguró que en un Estado social y democrático de derecho, no existe fundamento jurídico que sustente la falta de reconocimiento de derechos civiles, económicos y sociales.
La Diputada afirmó en el Congreso que esta iniciativa es fundamentada desde la perspectiva constitucional de prohibir todo tipo de discriminación.
En Irapuato, Rubén Aguilar Camarillo, regidor priísta explicó que la Ley de Sociedad de Convivencia establece: “La sociedad de convivencia es un acto jurídico bilateral que se constituye cuando dos personas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena, establecen un hogar común en voluntad de permanencia y de ayuda mutua”, que se puede leer en el artículo 2 del capítulo 1 de la iniciativa.
Esta propuesta de ley, da reconocimiento legal a aquellos lugares formados por personas sin parentesco consanguíneo o por afinidad.
Asimismo, esta ley contempla y determina ciertos derechos para los miembros de la sociedad de los que carecían muchas familias antes de que la ley fuera proclamada, en ésta se define el derecho de heredar, recepción de alimentación en caso de necesitar y la tutela de los hijos de familias que no estén unidas en matrimonio.
Tampoco reconoce vínculos familiares y solamente es de interés para los adultos de cualquier sexo o género que puedan acceder al convenio y no es equiparable a un matrimonio, sino más bien a una forma de unión civil.
Este convenio especifica que para hacer efectivo el derecho de alimentación tiene que pasar 2 años y que en cuanto a la herencia el conviviente que sobreviva heredará como cónyuge, y si hay hijos lo harán como tal.
Aguilar Camarillo explicó que si fuera sólo para favorecer a matrimonios del mismo sexo, no estaría validada por la ley y afirmó que no es comparable con el concubinato, ni específicamente con las relaciones matrimoniales tradicionales.
Señaló que el convenio se ha prestado a malas interpretaciones ya que incluye la palabra “hogar”, que hace pensar en matrimonio y que una buena opción para dejar en claro la finalidad de la ley sería cambiarlo a “domicilio común”.
El regidor manifestó que la “Ley de Sociedad de Convivencia” no es bien entendida por la perspectiva cultural errónea que tiene la sociedad de las relaciones de unión libre.
La Iglesia se opone
Aunque la diputada Arroyo Bello ha externado que no sólo homosexuales apoyan la ley, sino varios grupos sociales, la Iglesia católica se opone.
El Obispo de la Diócesis de Irapuato, José de Jesús Martínez Zepeda dijo que está sorprendido por la postura del PRI, afirmó que “esta postura no corresponde a la sensibilidad de la Iglesia, afirmó que va en contra de la moralidad de la sociedad y que se está dejando de lado las costumbres y la ley de Dios (sic)”, dijo el Obispo.
“Sabemos que esas orientaciones vienen de fuera, avaladas por un fuerte respaldo económico, siendo una corriente que tiene tanto tiempo aquí en Guanajuato no me sorprende ver lo que están proponiendo, algo que choca con nosotros”, dijo el Obispo.
Asimismo, Martínez Zepeda señaló que la Iglesia católica buscará unirse para levantaran la voz, y así puedan sensibilizarse con los fieles, dijo que los creyentes deben “despertarse” porque según comentó, eligieron para ser gobernados a personas que no tienen sensibilidad por la ética de la Iglesia.
La actual movilización de la Iglesia en contra de los matrimonios lésbico-gay surgió tras las posibles formas al Código Civil del Estado, que avalarían el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En días anteriores se planteó la posibilidad de que la Diócesis de Irapuato podría hacer manifestaciones para expresar rechazo ante la posible proclamación de esta ley en Guanajuato, y que pudiera darse a finales de mayo.
Más que leypiden respeto
Es indispensable saber que en el municipio hay parejas del mismo sexo que ya conviven en un mismo hogar y que carecen de derechos.
El 6 de mayo es una fecha importante para Luis, ya que se cumplen 4 años y 3 meses de relación con Juan, su actual pareja (los nombres fueron cambiados por petición de los entrevistados), a quien conoció cuando cursaba la escuela primaria y con quien se reencontró años después para comenzar su vida juntos.
Actualmente vive con su novio en Irapuato, con quien ya comparte un hogar. Él es licenciado en Comunicación y actualmente goza de un buen trabajo y buen nivel de vida, su pareja estudia y trabaja, para continuar con el sueño que tras mucho tiempo y esfuerzo están logrando, pues ya tienen su casa propia.
“Andamos desde que los dos teníamos 17 años, fuimos compañeros en la primaria pero nada que ver, hasta que un día caminando por el Centro nos volvimos a encontrar, nos saludábamos y nos hablábamos y notamos que había atracción, así que empezamos a salir”, comentó con alegría.
Después de salir diariamente por un periodo de tiempo, decidieron comenzar una relación, sin esconderse y hablando claro con sus familias, quienes los aceptan como son y les han dado apoyo, sin importar lo que diga la sociedad.
“Desde el inicio hemos recibido apoyo no sólo de la familia nuclear sino de la familia en general, tanto la suya como la mía”, explicó.
Luis se declara “afortunado”, ya que comentó que nunca ha recibido agresiones por parte de las personas a las que conoce, tampoco de sus vecinos quienes nunca le han mostrado rechazo, pero comentó que no está bien que a muchas otras personas con inclinaciones sexuales “diferentes” se les trate mal y de manera discriminatoria.
“En realidad no nos exhibimos, creemos que el que tengamos preferencias diferentes no significa que tenemos que obligar a la sociedad a que lo acepte y muy normal nos vean besándonos, si quiero respeto doy respeto”, puntualizó.
Ni él ni su pareja ven necesario el matrimonio, ya que para ellos no significa más que un papel. “Hay miles de parejas que se casa y se divorcian, lo que realmente importa es lo que sientes por la otra persona y que estés seguro”, dijo.
Luis señaló como una “incongruencia” la postura de la Iglesia ante la idea de matrimonios entre personas del mismo sexo, y comentó que para hacer valer sus derechos y ser respetados las autoridades correspondientes deberían educar a las personas en estos temas.
“Obviamente informar a todas las autoridades primeramente y enseñarlas a respetar los derechos, desde ahí comienza, si los ciudadanos ven que una autoridad viola tus derechos, nadie te va a respetar”, finalizó.
Luis espera que las personas acepten que los homosexuales son personas que merecen hacer valer sus derechos y que la discriminación pare, pues afecta a muchas personas y ocasiona más problemas que podrían evitarse si existiera una sociedad más informada.
Exigen acabar conla discriminación
Juan Silverio Ramírez Urbina, director general de la asociación “Irapuato Vive”, expresó que la desinformación por parte de la sociedad es una de las principales razones que ocasiona que las personas con orientación sexual diferente sufran discriminación y malos tratos.
Ramírez Urbina, dijo que hay una desinformación total porque las sociedades de convivencia no se refieren únicamente a los matrimonios de personas del mismo sexo, sino que pueden ser incluso, entre parejas heterosexuales.
“La ley no está pugnando el que se legalice el matrimonio de las personas del mismo sexo, es normar una convivencia para otro fin, no involucra el matrimonio gay”, señaló Ramírez Urbina.
Señaló que la homosexualidad tiene que ver con la cuestión de género y los roles de poder, y que la falta de información ocasiona que estén siendo atacados ahora que la ley está por ser decretada.
Comentó que el permitir una sociedad de convivencia sería un parteaguas para romper la inequidad de género, y permearía una mejor sociedad y agregó que las personas con orientación sexual “diferente” no ven como una cuestión necesaria contraer matrimonio de manera urgente, y que no es una cuestión fundamental para su autorrealización.
“Yo apostaría más a una ley para prevenir, eliminar y sancionar toda forma de discriminación, sería un gran paso que el Estado de Guanajuato daría para todas las personas, independientemente de su condición. Deberían de dejar de poner etiquetas a las personas y de parar de negarles las condiciones necesarias para su desarrollo integral”, finalizó.
Piden igualdad
El representante legal de la Fundación Desarrollo Humano y Sexualidad (Dehusa), Arturo Álvarez Martínez, comentó que ve a las sociedades de convivencia como una ley que sólo va a regular a las parejas del mismo sexo, y que está consciente de que no es un matrimonio como tal.
“Nosotros estábamos proponiendo que se legislaran los matrimonios igualitarios en la Cámara de Diputados porque lo visualizamos a un derecho a pensión, seguro social y todo lo que un matrimonio heterosexual tenga”, dijo.
Indicó que esta ley debería promover la legislación para que las personas con orientación sexual diferente puedan quedarse con los bienes que consiguieron los homosexuales que mantienen una relación por varios años y que debería decretarse por medio de un amparo ante la Cámara de Diputados en Guanajuato.
“Somos seres humanos y si en pareja nos esforzamos por hacer algo el bien nos lo tenemos merecido, no peleamos la parte religiosa sino la civil, sólo que nos ampare, metimos algunas peticiones y estamos esperando la respuesta, no hemos tenido contacto con ningún Diputado, pero de alguna forma ya se hizo la entrega, en caso de que dijeran que no seguiríamos luchando”, comentó.
Como representante de la comunidad gay en Irapuato, Álvarez Martínez señaló que están conscientes de que la proclamación de esta ley no sólo va a ayudar a la comunidad gay sino que también ayudaría a mujeres y hombres que de alguna manera no tengan el matrimonio reconocido legalmente.
“Ayudaría a todo mundo no sólo a la comunidad gay porque hay mujeres que viven en concubinato, ampliaría la visión de la sociedad, se necesita educar a la sociedad para que las personas comprendan que nosotros también tenemos derechos, ya que somos personas y los merecemos”, indicó.
Señaló que la Sociedad de Convivencia no les garantiza el patrimonio que buscan, y que respetan la postura que la Iglesia está tomando ante el tema de la proclamación de esta ley, así como de la falta de información de los puntos en que consiste.
“Me siento hijo de Dios, sé que Él me ama y respeto lo que los sacerdotes opinan, qué bueno que hablan y expresan su opinión”, señaló Álvarez Martínez.
Comentó que su asociación está luchando por hacer valer los derechos humanos de las personas con orientación sexual diferente, como todas las personas que se acercan a pedir apoyo tanto psicológico como emocional.
La discriminación es una cuestión que la comunidad gay vive a diario, además de la homofobia y agresiones, que en ocasiones incitan a la violencia y provocan a las personas de orientación sexual diferente a actuar de forma violenta.
Arturo comentó que la fundación recibe apoyo del DIF y la Procuraduría de Derechos Humanos, quienes les ayudan a las personas que se acercan a su fundación a pedir ayuda en temas como bullying, sexualidad y discriminación, atendiendo al mes hasta a 400 personas.
Platicó que entre la sociedad gay, muchos no ven como necesario el matrimonio civil, pero que sí se está luchando por hacer valer los derechos de las muchas parejas que viven en unión libre.
