Marcada con la señal de la cruz, Francesca Cano Arrache ingresó en brazos de sus papás Patricia Arrache y Fabio Cano a la parroquia de Santa Margarita, recinto elegido para contraer el sacramento del bautizo.
Conscientes de la obligación que contraen al pedir el bautismo para su hija, los señores Cano Arrache prometieron estar siempre alertas de la educación espiritual de su heredera.
Jorge Garza y Liz Cano, dispuestos a ayudar a los padres de Francesca, aceptaron el compromiso de convertirse en padrinos de la bautizada.
Convertida en hija de Dios, los señores Patricia y Fabio ofrecieron una especial recepción en la barda León.
Al lugar arribaron los amigos y familiares de los anfitriones, quienes de manera personal agradecieron por acompañarlos en un día tan especial.

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